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MÉXICO, DF. 3 de mayo de 2014 (Quadratín).- La mayoría de los mexicanos ingiere la mayor cantidad de calorías de su dieta diaria a través de bebidas azucaradas, afirmó Luis Aarón Quiroga Morales, profesor de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos del ITESO.
Indicó que en México se consumen más calorías de forma líquida que en los alimentos, ya que “a veces nosotros cuidamos más los alimentos en cuestiones de un régimen de alimentación, pero el paciente se desentiende de los líquidos, y probablemente son los que aporten mayor cantidad de calorías que un mismo alimento en sí”.
El experto en nutrición añadió que las personas están acostumbradas a controlar la ingesta de alimentos, pero no de los líquidos.
Destacó que sucede porque, al hidratarse, es más común que las personas consuman bebidas azucaradas igual que agua natural, que no tiene calorías y no genera daños al cuerpo.
“El agua natural no aporta calorías y ayuda a que la energía que necesitamos la podamos obtener de mejor forma, a diferencia de si se combina con algún tipo de fruta, si se le agrega azúcar o si hay refresco”, dijo Quiroga Morales y aseguró que el consumo de bebidas azucaradas también se está volviendo un hábito en los niños.
Alertó que cuando un paciente consume demasiada cantidad de bebidas azucaradas, le va a elevar la glucosa muy rápido en el nivel sanguíneo, y eso puede ser desencadenante de muchísimas complicaciones, como problemas de resistencia a la insulina, de diabetes mellitus.
También va a traer muchas alteraciones en todo el metabolismo energético por el consumo elevado de azúcar. El paciente va a subir de peso, va a tener problemas de colesterol elevado, de triglicéridos, lo que se está viendo también en niños.
“Por eso no es lo más saludable dar ese tipo de bebidas azucaradas al niño ni a los adultos”, reiteró Quiroga Morales, quien sugirió que si se van a consumir este tipo de líquidos se haga de forma esporádica, no como un hábito familiar.
Asimismo, comentó que también pueden buscarse opciones más saludables para alimentar a la familia. Por ejemplo, no añadir más azúcar a la leche con chocolate o, de preferencia, buscar alternativas como licuado de frutas con cereales.
Las bebidas industrializadas, como los jugos o refrescos, destacó, contienen el equivalente de hasta 12 cucharadas de azúcar.
“Si bien es cierto que el refresco casi oscila en su composición en 90 por ciento de agua, el problema radica en todos los aditamentos que contiene, que muchas veces ni siquiera están declarados. Como los ingredientes de la receta secreta, que no tenemos conocimiento de qué tiene y no sabemos el efecto nocivo que trae”, recalcó.
Por ello, mencionó que los refrescos no están considerados como parte de las recomendaciones para una adecuada hidratación, debido a que se sobrecarga de nivel energético al organismo, y esto implica que el paciente tiende a subir de peso.