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Informa Soapa a habitantes de San Felipe sobre distribución de agua
Oaxaca, Oax. 22 de mayo de 2013 (Quadratín).- En el Día Mundial de la Biodiversidad, que este año lleva por lema Agua y Biodiversidad, el proyecto COMET-LA Gestión comunitaria participativa de los desafíos ambientales en Latinoamérica, financiado por el 7º Programa Marco de la Comunidad Europea, se suma a la celebración y recuerda que la diversidad biológica y los recursos hídricos son esenciales para asegurar aspectos tan importantes como la seguridad alimentaria, la captación de CO2, la producción de plantas medicinales y, por ende, nuestro desarrollo humano.
Tal es la importancia que da el COMET-LA a estas variantes que uno de sus casos de estudio se centra precisamente en el manejo de la biodiversidad y los recursos hídricos en Colombia, uno de los 17 países con mayor biodiversidad del mundo, más concretamente en los Consejos Comunitarios de Alto y Medio Dagua, y Cuenca Baja del Río Calima. Estos están ubicados en la región del Chocó biogeográafico, reconocida como una de las áreas de mayor diversidad biológica del planeta.
La región es un sector representativo de bosques de colinas bajas, lo que da su condición de heterogeneidad del bosque natural. La región se localiza en el piso bioclimático ecuatorial correspondiente a un clima tropical lluvioso de selva ó clima húmedo. Existen según la categoría de clasificación de Holdridge (1979), aproximadamente 42 tipos de ecosistemas que reflejan bien los gradientes de humedad del clima, mostrando los ambientes más húmedos del país como Bosque Pluviales y muy Húmedos del tipo Tropical (Basal) y los menos húmedos bajo las denominaciones de Bosque Húmedo Tropical y/o Bosque Húmedo Premontano.
Además, el sistema hidrográfico es un elemento clave de la biodiversidad local y provee de agua para el consumo a las comunidades locales, así como de vías de comunicación entre las poblaciones, puesto que algunas de ellas no están conectadas por tierra.
Biodiversidad
En términos biológicos no se puede decir con exactitud las características de almacenamiento en los territorios colectivos. Pero dos aspectos básicos permiten decir que las características de almacenamiento o de memoria biológica son altos: el primero es al alta diversidad de especies y de material genérico (lo que al mismo tiempo aumenta la fragilidad dada la especificidad) y el segundo son los regímenes de lluvia y de radiación solar, lo que permite el mantenimiento y rápido crecimiento de especies de flora y en particular las forestales, las que inician como espacios de soporte para otras especies.
Los consejos comunitarios son muy ricos en cuanto a especies cultivables, encontrándose variedades de zapote, chirimoya, chontaduro, banano, plátano, aguacate, maíz, guayaba y primitivo, los cuales están siendo comercializadas en comunidades vecinas, Buenaventura y Cali. Asimismo, crecen plantas medicinales, usualmente no procesadas y comercializadas localmente y en Buenaventura.
Problemática
Aunque la población demuestra una gran concienciación hacia la necesidad de preservar estos recursos, también reconocen que se encuentran ante amenazas que pueden poner en peligro su biodiversidad y provocar la contaminación de las fuentes hídricas del territorio, como la presencia de cultivos ilícitos, la desforestación por empresas madereras, la caza y acciones de extracción minera ilegal en la cuenca de los ríos Dagua y Calima.
En términos de biodiversidad, entre 1940 y 1960, el territorio tenía muchas especies en bosques vírgenes y había muy poca intervención por parte del estado y de empresas privadas. No obstante, una empresa privada llevó a cabo una extracción selectiva de madera, terminando con muchas de las especies forestales de alto valor. Los habitantes expresan que, más recientemente, los cultivos ilícitos y la minería ilegal han causado impactos negativos en muchas de las especies.
Buenas prácticas comunitarias
Las comunidades han intentado mitigar y enfrentarse a estos problemas ambientales. En el caso de Dagua, cuenta con reglas internas que prohíben llevar a cabo minería industrial, la contaminación del agua, la tala de los bosques, cazar animales para fines comerciales, el uso de herbicidas, el uso de dinamita o de químicos para la pesca y la quema del suelo y de residuos sólidos. Y el Concejo Comunitario de Calima cuenta con un Reglamento interno, en el cual está orientada la conservación del área de reserva. Por ejemplo, la caza, la extracción de madera y la contaminación de fuentes de agua están prohibidas.
En 1991, la Constitución Política Colombiana le otorgó al estado la responsabilidad de proteger la diversidad e integridad del medio ambiente y conservar las áreas de especial importancia ecológica (Artículo 79, inc. 2). Estas prácticas de manejo y conservación del agua y de la biodiversidad han sido desarrolladas por comunidades locales, como es el caso de las comunidades afrocolombianas de la costa Pacífica. El uso y protección de los recursos naturales está basado en tradiciones, prácticas ancestrales, relaciones locales (por ejemplo, confianza y reciprocidad) e instituciones anidadas. En este sentido, nace la ley 70 de 1993, la cual tiene dos propósitos claves, por un lado, proporcionar autonomía a las comunidades afrocolombianas que históricamente han vivido en los territorios colectivos; y por otro, la conservación y uso sostenible de los recursos naturales que están presentes en los territorios ocupados por estas comunidades.
Dentro de estas comunidades, los hombres mayores tienen mayor conocimiento de los límites ecológicos y han sido los que históricamente han recorrido más el territorio por su trabajo.
Los pobladores de los consejos comunitarios logran describir detalladamente elementos de su territorio con los que tienen constante relación como quebradas, bosques, zonas destinadas a la cacería y zonas de potencial aprovechamiento para la extracción de minerales en rio. En general las condiciones biológicas del territorio son conocidas a nivel científico por medio de censos, encuestas, levantamientos de información y caracterización biológica. Al igual que existen validaciones con el conocimiento tradicional, que es un logro importante su consolidación.
El proyecto COMET-LA
COMET-LA contribuirá al empoderamiento de las comunidades locales y facilitará herramientas para tratar de combatir las amenazas. Para ello, ha creado una arena de aprendizaje que aúna el conocimiento tradicional de la población local, con el conocimiento científico. La Pontificia Universidad Javeriana trabaja codo a codo junto a los representantes de los Consejos, coordinando el trabajo de campo en Colombia.
No obstante, la arena de aprendizaje va más allá de las fronteras nacionales. El COMET-LA ha unido a expertos europeos y latinoamericanos tanto de la comunidad científica como de la población local y organizaciones de la sociedad civil. Integran la red la Universidad de Córdoba (que lidera el proyecto), el Comité Español de la UICN, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Nacional de México, el Instituto Argentino de Oceanografía-CONICET, la Universidad Nacional del Sur argentina, el James Hutton Institute, el Instituto noruego de investigación del aire NILU, la empresa portuguesa Sagremarisco, la ONG mexicana Estudios Rurales y Asesoría, los Consejos Comunitarios de Alto y Medio Dagua y Bajo Calima, y la Fundación argentina Aquamarina.
Además del caso de estudio colombiano, se está trabajando en otros dos caso, la gestión forestal y el uso del suelo, en la comunidad chinalteca de Santiago Comaltepec, México, y el manejo costero y marino en el entorno del estuario de Bahía Blanca, en Argentina.
Para conocer más sobre el proyecto COMET-LA, visite la web www.comet-la.eu