Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
Dip. Carol Antonio Altamirano
Posición del grupo parlamentario del PRD
Glosa del vi informe de Gobierno
En materia económica
Con su permiso diputado Presidente
Señoras y señores legisladores:
México, D.F. 7 de septiembre 2012 (Quadratín).-Una vez analizado el último Informe del Ejecutivo de acuerdo a los indicadores de empleo, pobreza, competitividad, saneamiento de los ingresos públicos, criterios de federalismo fiscal y el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo, considero que el gobierno del Presidente Calderón ha fracasado en una responsabilidad fundamental: mejorar la calidad de vida de la población.
El logro no fue vivir mejor, como ofrecía la propaganda gubernamental; con la política económica que se aplicó, la mayoría de los mexicanos hoy vive peor y el país se hunde.
Digan lo que digan las campañas mediáticas, que quieren convertir los fracasos en logros, la realidad es que el gobierno de Calderón hizo promesas que no cumplió. El México del que habla el gobierno no corresponde con la realidad.
Por ejemplo, en el discurso del pasado lunes, el presidente Calderón dijo que se propuso consolidar una economía capaz de competir y ganar en el mundo y de atraer más inversión productiva
Pero la realidad es otra, pues de acuerdo con cifras del FMI hace 12 años México ocupaba la novena posición por el tamaño de su economía, por delante de Brasil, España, India, Australia y Rusia. Hoy, esas naciones han rebasado a nuestro país y México cayó a la decimocuarta posición mundial.
Hace dos décadas, la economía nacional era ligeramente superior a la brasileña. Hoy, la economía de Brasil es 2 veces más grande que la mexicana.
El VI Informe presume un crecimiento de 3.9 % en este año, pero si se considera el sexenio, el promedio de crecimiento es apenas 2 % anual.
Esa tasa incumple la meta proyectada en el Plan Nacional de Desarrollo de 5%, y es de las más bajas en los últimos cuatro.
El que se consideró a sí mismo, desde su campaña, como presidente del empleo, al final de cuentas terminó dirigiendo una máquina de generación de desempleados.
Las cifras no dejan lugar a dudas. Al inicio de los gobiernos panistas existían en el país 998 mil desempleados. Para el año 2012, esta cifra se ha más que duplicado a 2.4 millones de desempleados.
Aunque la meta del Plan Nacional de Desarrollo era generar 800 mil empleos anuales, realmente sólo se han generado 397 mil empleos por año. Al final de cuentas, hay una diferencia de más de 2 millones de empleos entre lo prometido y lo finalmente realizado en el sexenio.
Además, de acuerdo al INEGI, existen 3.3 millones de mexicanos que trabajan sin ninguna remuneración; hay poco más de 4.3 millones de personas subocupadas, en suma, más de 10 millones de mexicanos que no encuentran trabajo o lo tienen en condiciones miserables y degradantes.
Aunque este gobierno ofreció lograr mayores niveles de desarrollo humano, lo que se logró en la realidad fue una pobreza con dimensiones de tragedia social.
El fracaso es notorio, y lo acreditan las cifras del CONEVAL respecto a la pobreza patrimonial. El saldo en lo que llevamos del sexenio, es de 12.2 millones de personas más viviendo en la pobreza.
Actualmente, 52 millones de personas, es decir casi la mitad de los mexicanos es pobre. En este sexenio la pobreza no ha dejado de crecer: 8 mil mexicanos por día, 348 cada hora, 6 mexicanos por minuto.
Pero los malos resultados no son por la falta de recursos, pues el gasto social pasó de 184 mil millones de pesos en 2007, a 317 mil millones de pesos en 2012.
¿Qué se hizo entonces? Parece que a mayor gasto dedicado a luchar contra la pobreza hay más pobres.
La desigualdad social no cedió. Según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto, el 10% de los hogares con mayores percepciones concentró casi el 40% del ingreso, mientras que el 10 % de los hogares más pobres solo representa el 1 %.
En materia de ingresos, el Ejecutivo no buscó fuentes progresivas y permanentes de financiamiento. Por no enfrentar a los grandes intereses que se benefician con los regímenes fiscales de excepción, se mantuvo de manera irresponsable el financiamiento con ingresos de origen petrolero.
La realidad es que más que inversión privada, que obliga a compartir la renta petrolera, se requiere dejar que PEMEX reinvierta lo necesario en su desarrollo para beneficio del país.
Es indispensable que en esta Legislatura revisemos los cálculos que presenta la Secretaría de Hacienda, en el Presupuesto de Gastos Fiscales, que son los ingresos que no se recaudan por tratamientos preferentes y que alcanzan en el 2012 la insólita cifra de 727 mil millones de pesos, sin que las empresas y sectores beneficiados acrediten que esos apoyos ayuden al bienestar general del país.
La dimensión de ese hoyo en las finanzas públicas es tal, que de recaudarse totalmente, los ingresos no petroleros estimados para el 2012, se podrían incrementar en 34% para alcanzar 2 billones, 864 mil millones de pesos, que financiarían inversión en infraestructura y el desarrollo nacional.
Por otra parte, este gobierno no reaccionó ante los retrocesos en el federalismo fiscal. La realidad es que la Recaudación Federal Participable, que es la bolsa de recursos disponible para las Entidades Federativas, tiene una caída real de 4 %
En este contexto destaca un caso singular: la pérdida de ingresos en materia educativa por el cambio a las fórmulas del Fondo de Aportaciones para Educación Básica, FAEB.
Esto ha significado enormes recortes a los recursos que la federación transfiere al gasto en educación básica a entidades como Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Tabasco, un verdadero crimen cuando estos estados poseen los mayores índices de pobreza del país y que esta Cámara está llamada a superar.
Este gobierno no ayudó a revertir la inequitativa distribución de los fondos de aportaciones. En especial, al Distrito Federal se le niega el acceso al Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS) bajo el argumento de que no es un Estado, pero eso es injusto pues en la ciudad existen de manera comprobable, las carencias con las que se calcula la distribución de ese Fondo.
Existe otro tema de la mayor importancia: el maquillaje a las cifras del déficit en el VI Informe. El gobierno aparenta que éste es pequeño, pero las cifras oficiales revelan que es mayor.
Para 2012, el déficit que se calcula, según la definición de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, apenas alcanza 61 mil millones de pesos.
Esa es sólo una ficción legal, pues existen otros compromisos que el gobierno finalmente paga y los calcula sumando el financiamiento de la inversión en PEMEX, de manera que llega a 368 mil millones de pesos.
El déficit verdadero, el que se usa en los organismos internacionales, incluye además, los pasivos del IPAB y otros conceptos, llamando a ese conjunto Requerimientos financieros del sector público, y que asciende a 450 mil millones de pesos.
Es decir, el VI Informe revela que se simulan cifras, y eso no debe seguir. Se debe hablar con la verdad, y si es necesario modificar la Ley de Presupuesto para que se incluyan todos los compromisos de pago del sector público, entonces este Congreso debe hacerlo.
Compañeras y compañeros legisladores:
La realidad del país está marcada por un crecimiento mediocre, creación insuficiente de empleos, trabajo precario y de mala calidad y una pobreza que no deja de crecer. Si tomamos esos indicadores como la evaluación de la política económica del sexenio el resultado es claro: el gobierno federal ha fracasado y está reprobado.
Este gobierno no ha dado paz ni seguridad a los mexicanos y su herencia es un México estancado y sin desarrollo.
En conclusión, el VI Informe está fuera de la realidad, contiene cifras maquilladas y nos confirma el desastre nacional.
Ahora bien, a esta Legislatura le corresponde construir acuerdos para darle a México un rumbo distinto.
Necesitamos un Estado con una visión centrada en el desarrollo de la Nación y el bienestar de la sociedad; finalidad que debe orientar las definiciones en materia energética, laboral, de salud y alimentaria. Las reformas en estas materias no deben ser para entregarlas al mercado, sino para modernizarlas y mejorarlas en beneficio de la sociedad.
Los problemas que ha generado la política económica neoliberal son graves y tenemos la posibilidad de corregirlos. El fracaso no tiene por qué ser eterno ni porque asumirse para siempre el mismo modelo.
El PRD convoca y está dispuesto a un diálogo que nos permita construir alternativas, distintas y mejores, en beneficio del desarrollo nacional.
Nos comprometemos, de cara a la nación, a hacer todo el esfuerzo necesario para impulsar un nuevo modelo de desarrollo que realmente garantice un mejor futuro para los mexicanos.
Muchas gracias.
Versión estenográfica del discurso del diputado Carol Antonio Altamirano