Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
MADRID, 8 de febrero de 2015.- Gracias a nuestra mente pensamos, imaginamos, recordamos… El pensamiento puede ser positivo o negativo. Muchos son innecesarios. Si no gestionamos bien toda la actividad de nuestra mente el cansancio mental se convierte en nuestro compañero. Es una fatiga que provoca dispersión, pereza y falta de atención. En cambio, cuando se está motivado, la mente nos revitaliza y genera pensamientos creativos. Este estado mental no suele durar mucho. Cada individuo genera unos 50.000 pensamientos al día, muchos de los cuales son repetitivos y mecánicos; no llevan a ninguna parte y agotan.
Cuando se vive en un tren de pensamientos innecesarios debemos plantearnos preguntamos como: ¿cuál es la intención que le mueve a pensar lo que está pensando?; permite darse cuenta de lo inútil de ese pensamiento y cambiar el rumbo. Otra práctica es intentar no utilizar los tiempos verbales condicionales en pasado o en futuro: “Si hubiera estado ahí en esos momentos”, Cuando él cambie estaré mejor”. Es importante aprender a no crear estos pensamientos sobre asuntos que no podemos cambiar o que no depende de nosotros que cambien.
Se trata de generar pensamientos positivos. Esto no significa negar la realidad, sino ser capaz de ver los problemas y tener la creatividad mental para aportar soluciones sin obsesionarse. Las reflexiones positivas fortalecen y revitalizan la mente.
Otro aspecto que agota es nuestra capacidad de planificar. A veces es nuestro cuerpo el que nos pide descanso, pero como el plan era otro, nos forzamos a cumplirlo. En una sesión de coaching, una mujer explicaba cómo se obligaba a realizar los planes que se había marcado y forzaba a cumplir los horarios impuestos por otras personas importantes para ella. A veces hemos planificado algo, pero, cuando llega la hora, sentimos que no es el momento o no es el nuestro. Es importante detenerte unos minutos para replantearte la situación.
Debemos utilizar prácticas para comprender de dónde surge tanto pensamiento estéril, para escucharnos y silenciar los ruidos mentales. Ejercitar la mente con pensamientos creativos revitaliza. Podemos cultivar estos pensamientos en observar un entorno natural; mirar el horizonte; sentir la humedad del suelo o gozar de los colores de las hojas y los ruidos de la naturaleza en una montaña.
Tenemos la capacidad de crear las reflexiones que queremos. Utilicémosla más a menudo. Para ello, tenemos que controlar la mente. Si uno se queda atrapado en sus propios pensamientos, no tendrá poder sobre ellos.
(Texto proporcionado por el Centro de Colaboraciones Solidarias)
Miriam Subirana
Coach