El pleito eterno: política vs brevedad
+ CNTE: los oscuros hilos del poder
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México, DF. 1 de septiembre de 2013 (Quadratín).- La crisis magisterial no es nueva, forma parte de una larga lucha de treinta y cuatro años cuando en 1979 se fundó la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación como una expresión de disidencia del SNTE oficial. Las banderas de lucha fueron dos: la lucha por el salario a partir de niveles salariales castigados por la política económica y la democracia sindical por la subordinación del sindicato al gobierno y al PRI.
La lucha logró consolidar a la CNTE, consiguió niveles salariales altos y sobre todo paquetes de prestaciones sociales y también mantuvo el respecto a sus disidencias por el SNTE y el gobierno. Sólo que al pasar de los años la CNTE le agregó una tercera bandera de lucha a sus movilizaciones: la movilización antisistémica y la propuesta de una alternativa de programa de gobierno. De hecho, el conflicto magisterial en Oaxaca en el 2006 y el de ahora en el DF se han agotado en la tercera bandera de lucha y se ha definido una oposición integral de los maestros disidentes a las reformas definidas por el PRI, el PAN y el PRD en el Pacto por México.
Lo que le falta aclarar a la CNTE es que su propuesta de gobierno no es nueva ni revolucionaria sino que busca paradójicamente –ella sí– la restauración del viejo régimen del PRI: Estado dominante, hegemonía pública e ideología de la Revolución Mexicana. En el pasado priísta, lo mismo el cardenista que el populista de Echeverría, los maestros fueron considerados como los apóstoles de la ideología de la Revolución Mexicana y los guardianes del tesoro histórico del pasado. La reforma educativa salinista –y luego de Fox y la de Calderón– decidieron definir a los maestros como piezas fundamentales de la modernización del modelo económico y productivo.
De ahí que el conflicto magisterial pueda ser considerado como parte de la disputa interna y no terminada en la coalición priísta, entendiendo también al neocardenismo en el PRD y en el neopopulismo de López Obrador y su movimiento partidista como parte de la dominación histórica de la Revolución Mexicana. En el viejo régimen priísta, los maestros y todo el proletariado formaba parte de la estructura de dominación hegemónica del PRI y su ideología revolucionaria. Sin embargo, Salinas de Gortari en marzo de 1992 decidió excluir de la ideología y documentos del PRI el concepto de Revolución Mexicana e incluyó el término juarista de liberalismo social asumido también como en el juarismo como fundacional del sistema capitalista en México. De 1992 a 2013, a lo largo de veinte años, el perfil ideológico del PRI, del sistema y del gobierno –aún en los dos sexenios panistas– fue de consolidación del capitalismo globalizador y de mercado.
De los viejos sectores corporativos del antiguo régimen priísta sólo sobrevivió el de los maestros, aunque su configuración es más radical y socialista que priísta pero sus objetivos están en la lógica de restaurar la dominación del modelo hegemónico de la Revolución Mexicana. En todos los sindicatos de empresas del Estado se perfilaron secciones radicales vinculadas al viejo y disuelto Partido Comunista Mexicano, aunque con indicios más institucionales de Estado que de clase autónoma: ferrocarrileros, petroleros, electricistas, nucleares, entre otros. La disputa por la autonomía sindical en realidad no buscó el dinamismo de clase sino de activismo en torno a la Revolución Mexicana. Este movimiento ideológico se consolidó con la disolución del Partido Comunista en 1989 y su transformación en el PRD controlado por ex priístas cardenistas y neopopulistas de la Corriente Democrática.
El programa de acción de la CNTE –controlada por los maestros de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, los más radicales– rebasó desde el principio sus objetivos educativos y ya constituye un programa integral de confrontación con la propuesta de gobierno del PRI y del PAN. Si se revisan los documentos se encontrará con frases del viejo régimen priísta como justicia social, Estado, defensa de los valores y la historia.
La lucha por la educación no es sólo por reformas procedimentales sino por el papel de reproducción ideológica de la educación. En el periodo 1910-1993, los maestros fueron el pivote de proyección de la Revolución. Los maestros forman parte del aparato de reproducción y control ideológicos del sistema y de las corrientes revolucionarias en el PRI y en el PRD. La educación moldea la mente de los niños, fortalece los valores cívicos y políticos y prepara a los educandos para servir al Estado revolucionario o a la empresa privada. A lo largo de la existencia de la CNTE, el sistema político PRI-PAN y la SEP desdeñaron la capacidad de resistencia y organización de los maestros. La lectura política de la crisis magisterial en Oaxaca en el 2006 fue sesgada e insuficiente y no supo entender el objetivo de la XXII aliada a la APPO para construir en Oaxaca una Comuna revolucionaria, autogestionaria y autonomista.
Mientras la CNTE se consolidaba, el SNTE pasó a ser dominado por cacicazgos al servicio del gobierno y del PRI: Robles Martínez, Carlos Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo. En 1989 Salinas derrocó a Jongitud y le entregó a Gordillo el control del sindicato sin que el Estado atendiera la reforma sindical al tiempo que modificaba los contenidos y el papel de la educación en el sistema productivo. Gordillo aprovechó el espacio y la autonomía para construir un nuevo cacicazgo a su propio servicio, al grado de buscar el control del PRI, fracasar y luego fundar su propio partido con los recursos del sector educativo. Gordillo como solución se convirtió en otro problema.
La CNTE supo jugar sus piezas: se consolidó hacia adentro del SNTE sin romper los esquemas, Gordillo prefirió aceptar la autonomía y que las secciones radicales cobraran las cuotas para ella poder mover sus piezas a su propio sentido del viento. Cuando Gordillo fue echada del PRI, ni el PRI ni el sistema político ni el Estado ni el gobierno replantearon su papel en el sindicato más numeroso de empleados de gobierno y ella dio el paso audaz hacia la fundación del Partido Nueva Alianza. De 2004 al 2012 Gordillo construyó su poder, aunque cometió el error de confrontar al Estado hasta que el Estado la encarceló.
El conflicto con la CNTE en este 2013 es la oportunidad para la reorganización de la política laboral del Estado, del gobierno y del PRI. Sin embargo, la reforma educativa se operó sin estrategia laboral y ahora se están pagando las consecuencias.
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