¿A quién corresponde defender?
OAXACA, Oax. 4 de octubre de 2013 (Quadratín).- La caracterización de las bandas autodenominadas anarquistas debe ir más a fondo: se trata de grupos y sectores desclasados –el lumpemproletariado– creados para el choque y que siempre terminan por hacerle el juego a la derecha.
La teoría política concede un papel importante al anarquismo en sus diferentes variantes de Proudhom, Kropotikin, Bakunin o Thoreau: mutualismo, cooperativismo, organización comunal, de estado de naturaleza y hasta el anarquismo amoroso de Charles Fourier que suena como eco en la república amorosa del neopopulismo cesarista a la mexicana.
Si el anarquismo fue combatido por Marx y Lenin, Marx en su clásico El 18 brumario de Luis Bonaparte aportó una nueva clasificación de las masas: a partir del ejemplo italiano identificó a las bases sin perfil de clase como lumpemproletariado, un producto del populismo: “obtener dinero regalado y prestado, he aquí la perspectiva con que esperaba (Bonaparte) que las masas picasen el anzuelo. Regalar y recibir prestado: a eso se limita la ciencia financiera del lumpemproletariado”.
Bonaparte organizó al lumpem en sociedades de beneficencia con el propósito de beneficiarse de su utilización violenta.
Pero a pesar de su radicalismo falsamente revolucionario, el lumpemproletariado de Bonaparte sirvió a la clase alta: “la burguesía francesa, que se rebelaba contra la dominación del proletariado trabajador, encumbró en el poder a lumpemproletariado”, esa “flor del pantano”.
La izquierda marxista de mediados del siglo XIX basaba el cambio revolucionario en tres pivotes: el Estado, el partido y la clase obrera; el lumpemproletariado apareció como una versión bastarda del anarquismo.
El lumpem encumbró a Luis Napoleón Bonaparte en el poder y destruyó la revolución de 1848.
La violencia de antier miércoles 2 de octubre en el DF obedeció a una lógica de la descomposición política. En Oaxaca 2006, el objetivo de la Sección XXII del SNTE y sus aliados de la APPO y el EPR guerrillero fue tomar el poder, destruir las instituciones e instaurar una Comuna revolucionaria, autogestionaria y de poder popular directo y de plaza, aunque esa coalición radical sólo controlara apenas un radio de cinco cuadras del centro histórico pero presionando con escasas marchas violentas en otras partes de la capital.
Hoy el modelo se repite en el DF.
De ahí que la violencia de los autodenominados anarquistas no haya estado ajena a la lógica de ruptura y haya sido cobijada por la CNTE –sólo la XXII de Oaxaca– y por el Comité del 68 hoy controlado por facciones sin partido y más bien anarquistas radicales.
Esta coincidencia de intereses mostró una gravísima fractura al interior del PRD como el único partido heredero del Partido Comunista del 68 aunque ahora articulado a un acuerdo de agendas legislativas con el PRI.
No pasará tiempo para que se revelen los vasos comunicantes de los anarquistas con el grupo radical neopopulista de López Obrador en busca de su registro como partido político.
El gobierno ciudadano del DF será arrinconado políticamente porLópez Obrador, los sesentayocheros radicales ya sin chamba en el gobierno, la fracción radical del PRD y la XXII del CNTE operada por el EPR para liberar a los vándalos bien organizados y financiados para la violencia.
Al final, los autodenominados anarquistas no son sino los Halcones de una gran coalición antisistémica: grupo de choque violento y provocador de la violencia.
Así que no, no fueron anarquistas los de la violencia del 2 de octubre sino el lumpem desclasado e identificado por Marx como base del cesarismo bonapartista construido a base de populismo asistencialista y ajeno al socialismo.
Recuento: hoy suman treinta y cinco días escolares sin clases por el paro de la CNTE.
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@carlosramirezh