
Desaparición Forzada
+ PRD y caída de educación superior
+ UNAM, UACM y CIDH de Morelos
México, DF. 01 de noviembre de 2012 (Quadratín).-Si en el pasado las universidades públicas fueron espacio de lucha por la política y la militancia, hoy las instituciones de educación superior son un botín de la izquierda en el poder.
Tres casos han resultado significativos:
1.- La revisión salarial en la UNAM entre las autoridades en función de patrones y los trabajadores como proletarios. Regidos por el apartado B y sin tener influencia alguna en el modo de producción, los sindicatos universitarios se han convertido en una rémora para el presupuesto y para el funcionamiento de la educación superior porque los subsidios se dedican mayoritariamente a pago de fuerza laboral y menos a la educación y la investigación. Paradójicamente, la revisión salarial en la UNAM se dio en el debate interno en el congreso sobre el agotamiento del viejo sindicalismo priista al cual se sumaron, desde la izquierda, los sindicatos universitarios.
2.- La Universidad Autónoma de la Ciudad de México fue creación de Andrés Manuel López Obrador para una educación en la rebelión sistémica pero fue abandonada por el gobierno capitalino de Marcelo Ebrard. Hoy existe una lucha de grupos de poder estudiantil contra la rectora Orozco no con el propósito de buscar mejoras a ese modelo educativo sin autoridades. En el fondo existe en la UACM una disputa por el poder entre la rectoría con los grupos dominantes que quieren tomar el control de los órganos de poder.
3.- Un caso más significativo es el que ocurre ahora en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos, fundado por el filósofo Ricardo Guerra y mucho tiempo abandonado a su propia suerte. Hace un par de años el gobierno estatal, con el apoyo del federal, inyectó recursos y autonomía al Centro para convertirlo en un espacio de reflexión y debate de alto nivel educativo, con maestrías y doctorados y cursos abiertos al público y a profesionistas de otras especialidades, entre ellas el periodismo.
La alternancia del gobierno panista de Marco Antonio Adame al gobierno perredista de Graco Ramírez Garrido Abreu ha colocado al CIDHEM en el centro de una disputa por el control entre las autoridades vigentes que fueron elegidas en función de reglamentos estrictos y con una prestigiada junta de gobierno y una nueva élite trotskista que ha comenzado a acaparar posiciones gubernamentales, aunque pasando por encima de los reglamentos institucionales.
El politólogo Octavio Rodríguez Araujo, de los grupos trotskistas en la UNAM, exigió la dirección del centro pero sin cumplir con los requerimientos legales para el caso y pasando por encima de la junta de gobierno en la que participan, entre otros, el gobierno federal y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En las pocas semanas que tiene el gobierno de Ramírez Garrido Abreu se han intensificado las presiones sobre el CIDHEM para desplazar a la directiva electa legalmente por el arribo de la izquierda trotskista.
Lo de menos sería la filiación ideológica de los politólogos, pero lo grave del asunto es que el arribo de gobiernos perredistas a poderes estatales o municipales vaya de la mano de la violación de regulaciones educativas. Rodríguez Araujo quiere tomar por asalto la dirección del CIDHEM, de la que por cierto es profesor, pero sin cumplir con los requisitos legales de la junta de gobierno y de los estatutos, lo que implicaría prácticamente un golpe de Estado avalado por el gobierno perredista morelense.
Por lo pronto, el nuevo secretario morelense de Educación, René Manuel Santoveña Arredondo, instruyó ilegalmente al director del CIDHEM Jesús Manuel Araiza Martínez a entregar su cargo para el nombramiento de otro director. Sin embargo, el nuevo titular de la SEP local, que por cierto ha sido rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y por ello debiera conocer las regulaciones educativas, ignoró lo establecido por el decreto de creación del Centro en dos artículos:
–Artículo 1: El Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos es un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios, sectorizado a la Secretaría de Educación, que se rige con plena autonomía jurídica, académica y administrativa, que se rige por su estatuto orgánico y sus reglamentos por la Junta de Gobierno.
–Artículo 10: El Director General será nombrado y removido por la Junta de Gobierno.
Cuando al politólogo Rodríguez Araujo le informaron de la reglamentación que impedía su llegada a la dirección del Centro por asalto al poder, sólo respondió: yo no sé si hay junta de gobierno o no, no entiendo de esas cosas jurídicas ni me importa.
Lo significativo del caso de Morelos es, ante todo, incoherencia intelectual de Rodríguez Araujo. El domingo 21 de octubre escribió en La Jornada:
El síndrome del poder enfermizo y de la necedad exaltada se presenta a veces en donde uno menos lo espera: en las instituciones de educación superior. Un rector o rectora, al igual que un director o directora que crea conflictos y polarizaciones en un centro educativo a su cargo, no está cumpliendo su papel principal: armonizar y darle cauce académico a la pluralidad existente. El cargo en instituciones de este tipo no es ni debe parecerse al que ocupa un gerente o director de una empresa, y aun en ésta con frecuencia verá acotado su poder unipersonal por un consejo de administración o por la asamblea de accionistas.
Pero para muchos politólogos una cosa es ver a los demás y otra explicar sus contradicciones en problemas similares propios. Lo malo es que el caso de Rodríguez Araujo y el CIDHEM podría marcar el estilo del nuevo gobierno perredista si no regresa el proceso a sus cauces legales.
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Foto:Ambientación