Llora, el país amado…
México, D.F. 4 de septiembre de 2013 (Quadratín).- Dos datos ilustran cómo la lucha política de la Sección XXII del SNTE y eje de la CNTE ha dañado irreversiblemente la educación en Oaxaca:
–Del 2006 al 2012, en acumulación de días de clase suspendidos por paros, en Oaxaca se perdió un año escolar que consta 210 días. Sólo en la crisis del 2006 el paro magisterial duró 163 días, de los cuales 53 fueron días de clases suspendidas.
–De acuerdo con la prueba Enlace, el nivel de desempeño insuficiente de un niño oaxaqueño de primaria en matemáticas es de 41.3% sobre el total, contra 16.5% a nivel nacional, de 22.6% en geografía contra 12.4% nacional y de 40% en lectura, contra 15.6% nacional. A nivel de excelente, el nivel oaxaqueño es de 1.6% en matemáticas, contra 11.1% nacional, 0.2% en geografía contra 4% nacional y 0.7% en lectura contra 9% nacional.
En todos los 210 días de un año escolar sin clases dadas por paros, los maestros lograron el pago íntegro de su salario, sus prestaciones, sus bonos y sus beneficios.
En contraposición, los niños perdieron días de clase. Lo grave es que los paros del segundo semestre del año pasado y las tres semanas –quince días– de paro del ciclo escolar 2013-2014 –del 19 de agosto pasado al próximo viernes 6 de septiembre, cuando menos– y la decisión de los maestros de mantener indefinidas la suspensión de clases hacen prever que ese año escolar perdido por acumulación de clases suspendidas nunca se va a recuperar y se encaminan a perder otro año escolar por los paros latentes.
Para recuperar un año escolar, se requeriría una ampliación de mínimo un día por cada una de las 39 semanas de clase, lo que llevaría a la necesidad de esperar recuperar el año perdido en seis años si se agregara el sábado como día de clase recuperada, pero con la condición de que nunca se suspendieran las clases con más paros por razones políticas.
Pero como existe una imposibilidad práctica de aumentar un día más a la semana de 5 días de clase, entonces los niños oaxaqueños tendrán que cargar en su saber educativo hasta ahora con un año perdido por los paros de la XXII.
Y un año escolar significa que los niños llegarán a los siguientes niveles educativos con un faltante vital en su preparación.
A pesar de todas las quejas, la XXII de Oaxaca ha ignorado su responsabilidad educativa y moral en la pérdida de un año escolar completo en la educación de los niños.
Una investigación realizada por el sitio oaxaqueño www.pagina3.mx sobre los días-educación perdidos reveló que en los dos primeros años del gobierno aliancista de Gabino Cué Monteagudo –que ganó la elección del 2010 con la alianza de la Sección XXII y compromisos hasta ahora secretos entre ambos—los maestros pararon clases nueve días en el 2011 y trece en el 2012.
En el ciclo 2013, con el aviso de paro indefinido anunciado, esta semana la XXII sumará quince días de clases no dadas, el 7% de días del calendario escolar. Eso sí, en su asamblea de antier lunes 2 de septiembre, la XXII le exigió oficialmente al gobernador Cué Monteagudo el pago de la quincena retenida y del bono correspondiente a “desempeño educativo”, pero con la condición de que los cheques fueran entregados en el plantón del zócalo de la ciudad de México.
Si no les pagan, la XXII amenazó con reactivar la movilización magisterial con “las organizaciones sociales en el estado de Oaxaca” para presionar al gobernador Cué Monteagudo y libere los cheques quincenales por salarios devengados sin dar clases y sin cumplir con el contrato colectivo de trabajo que establece la relación clases-salarios.
Así, la prioridad de la XXII es el salario aunque no lo trabajen por paros y pongan sus beneficios privados por encima del derecho social y constitucional de los niños a la educación.
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@carlosramirezh