El episcopado ante el segundo piso de la 4T
OAXACA, Oax. 27 de septiembre de 2013 (Quadratín).-Luego de treinta días de agobio vial de la CNTE en la zona centro del DF, un corte de caja aportaría algunas conclusiones:
1.- La reforma educativa ya quedó legalmente aprobada.
2.- El problema con la CNTE ya no es político ni educativo, sino de vialidad.
Por lo tanto, se necesita un enfoque de agente de tránsito en lugar de estrategas políticos y de poder.
3.- El asunto se trasladó a los estados donde los gobernadores tienen la palabra: ¿pueden o no pueden aplicar la ley?
El caso estatal más importante es el de Oaxaca y por ello Oaxaca podría ser el prototipo de la nueva relación funcional, profesional y educativa de los maestros. La solución del caso Oaxaca debería partir del diagnóstico del problema: la cesión del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca a la Sección XXII y la violencia callejera de los maestros para imponer su voluntad sindical, laboral y política.
En Excélsior, el columnista Francisco Garfias ha recogido lo que podría caracterizarse como el enfoque derrotista del conflicto: el ex gobernador oaxaqueño Diódoro Carrasco (diciembre 1992-noviembre 1998) aceptó que el gobierno actual de Gabino Cué Monteagudo está “rebasado estratégica y numerosamente por los inconformes”.
Es decir, el poder lo tiene la XXII, no el gobernador.
A partir de la afirmación de Carrasco se puede aplicar la fracción V del artículo 76 constitucional que le confiere al Senado la facultad de resolver una crisis estatal: “declarar, cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales de un Estado, que es llegado el caso de nombrarle un gobernador provisional”.
En Oaxaca el poder ejecutivo es incapaz de resolver una crisis, el legislativo no existe y el judicial está sometido a la voluntad derrotista del gobernador revelada por su padrino político Carrasco.
La crisis con la CNTE debería catapultarse para solucionar el problema magisterial, no nada más posponerlo:
–Que el gobierno del DF imponga su autoridad para desahogar vialidades taponadas por maestros. No reprimir ni impedir, sino evitar el cierre de avenidas.
Hoy en día el problema con los maestros es de agente de tránsito.–Aplicar estrictamente las nuevas leyes educativas para terminar con comisionados y obligar a los maestros a dar clases.
–Abrir las escuelas cerradas arbitrariamente por la CNTE en Oaxaca y convocar a maestros de la Sección LIX que sí quieren dar clases.
–Apoyar al SNTE para poner orden en la autonomía que le dio la señora Elba Esther Gordillo a las secciones disidentes –incluyendo el cobro de cuotas– para mantenerlos dentro del sindicato.
–Aplicar el principio laboral de salario a cambio de trabajo documentado.
En efecto, ningún maestro aguanta dos meses sin cobrar.
–Disolver el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca que controla la XXII y reponer la oficina de Secretaría de Educación Pública estatal en el gabinete local.
–Aplicar la ley contra maestros que hagan plantones en vía pública, cierren calles e impidan el funcionamiento de empresas privadas.
–Cambiar la lógica del centro de poder magisterial del liderazgo de la XXII a las SEP estatal.
–Enfocar el conflicto desde la perspectiva de su nueva caracterización: es un asunto de insurrección popular, no de protesta laboral.
–Romper los vasos comunicantes Sección XXII-APPO-guerrilla del EPR.
Si no, entonces el paso lógico sería que el gobernador Cué le entregara el poder ejecutivo estatal al politburó de la Sección XXII para instaurar en Oaxaca la Comuna popular autogestionaria que querían desde 2006. Al final, la XXII y la CNTE se han convertido en un poder fáctico o poder salvaje como Televisa que quiere imponer su minoría sobre la mayoría.
Recuento: treinta días escolares sin clases por el paro de la CNTE.
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@carlosramirezh