Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
OAXACA, Oax. 19 de noviembre de 2013 (Quadratín).-Si las expectativas de reventar la reforma energética son menores, la estrategia de movilización de Cuauhtémoc Cárdenas en torno al petróleo podría estar diseñada sólo para buscar la recuperación del PRD que abandonó en 1993.
Y a partir de la agenda política cardenista, el propósito de Cárdenas en el PRD estaría en la lógica de regresar el partido a los objetivos de la fundación en 1989 con el registro del Partido Mexicano Socialista: reconstruir el Partido de la Revolución Mexicana que creó Lázaro Cárdenas el 30 de marzo de 1938 para defender la expropiación petrolera.
En este contexto, el PRD trataría de rehacerse en función de los propósitos políticos de la Corriente Democrática del PRI que creó Cárdenas en 1987para oponerse a la nominación de Carlos Salinas de Gortari como candidato presidencial y que en 1985 la delineó alrededor de su conferencia sobre la Revolución Mexicana en Michoacán.
A favor de las intenciones de Cárdenas estaría la parálisis política, ideológica y de masas del PRI nacional y la exclusión en 1992 de la Revolución Mexicana de los documentos del PRI. Así, el PRD estaría buscando reconstruir el ambiente político de ruptura ideológica del periodo 1985-1988, con la posibilidad de que Cárdenas de nuevo sea ungido otra vez como el Caudillo perredista.
Como en 1938, ahora nuevamente el petróleo aparece como el factor reintegrador, sólo que con la bandera de la defensa de la estatización del energético y no la revisión histórica del desvío social del uso del petróleo y la corrupción en el sector. Pero el ambiente político, social, internacional y estatal del 2013 es diferente al de las pasiones nacionalistas de 1938.
Hace setenta y cinco años había un proyecto político e ideológico desde el Estado a través del gobierno del general Lázaro Cárdenas: la corporativización del país a través de los sectores del PRM permitió la radicalización de la Revolución Mexicana.
El proyecto de Cárdenas duró apenas un sexenio; por decisión del general Cárdenas, la sucesión presidencial de 1940 se decidió a favor del conservador Manuel Ávila Camacho y a partir de ahí los gobiernos de la Revolución Mexicana se olvidaron de las pasiones revolucionarias. Pero ha quedado claro en la historia que la culpa del fracaso del cardenismo transexenal fue del propio general Cárdenas al impulsar la candidatura de Ávila Camacho.
La iniciativa de reforma energética del presidente Peña Nieto permite la entrada del sector privado en el sector pero no regresa el petróleo a las compañías expropiadas en 1938.
De ahí la estrategia de Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador de inflamar el nacionalismo petrolero como una forma de tratar de reconcentrar en el PRD a los sectores nacionalistas del viejo cardenismo que estaban en el PRI.
Sólo que esos sectores ya prácticamente no existen; en el mitin del domingo se vieron junto a Cárdenas a los nuevos prohombres del futuro perredista, el multipartidista Porfirio Muñoz Ledo y el Señor de las Ligas René Bejarano y por ningún lado se aparecieron a los cardenistas de viejo cuño.
De hecho, la masa que asistió al mitin fue casi la misma que estuvo en el mitin de López Obrador.
La defensa del petróleo será el factor de cohesión del cardenismo que buscará refundar el PRD como aquel viejo PRI que Cárdenas, Muñoz Ledo y otros priístas crearon en la Corriente Democrática de 1987-1988.
Así, el destino final del PRD será el de reconstruirse como un viejo PRI cardenista: neocorporativo, neopopulista, neoestatista, sin masas aunque con lumpen y dominado otra vez por la Revolución Mexicana, como si el México de hoy fuera el de hace tres cuartos de siglo.
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@carlosramirezh