Carlos Ramírez / Indicador Político / Cué y XXII: balcanizar educación

Oaxaca, Oax. 18 de abril de 2013 (Quadratín).- La crisis magisterial en Oaxaca tiene un punto central: en enero del 2012, el gobernador panista-perredista-obradorista Gabino Cué Monteagudo firmó un Plan para la Transformación Educativa de Oaxaca (PTEO) con la sección XXII que desconoció el proyecto educativo nacional y constitucional.
Y como se presentan los escenarios, el PTEO quiere trasladarse a Guerrero, obligando al gobernador perredista Ángel Heladio Aguirre a firmarlo aunque contradiga la Constitución.
El Plan Cué-XXII –de 51 páginas que se publica íntegro en el sitio www.grupotransicion.com.mx– representa un modelo de balcanización de la educación, convierte las escuelas en centros de adoctrinamiento ideológico estatista y antimercado, transforma las aulas en centros colectivos comunitarios y buscará reconstruir las comunidades oaxaqueñas en función del pasado indígena.
Eso sí, la militancia comunitaria de los profesores no será de a gratis. Dentro de la propuesta de reconocimiento educativo a los maestros se incluye la meta de “reconocer económicamente el compromiso y la responsabilidad de los trabajadores de la educación”, es decir, pagarles adicionalmente su formación comunitaria. Asimismo, el Plan Cué-XXII convierte a los maestros en “agentes del cambio social”, lo que implicaría una ideologización socialista-comunitaria de su enseñanza a los estudiantes.
En el fondo, el Plan Cué-XXII trasladaría a Oaxaca el modelo cubano de los pineros, escuelas para niños y jóvenes para educarlos en función de la ideología social. Así, el compromiso del gobernador panista-perredista-obradorista Cué con la Sección XXII llevaría a la aplicación de un modelo educativo para la revolución social, dominado por la sumisión a una doctrina política y enfocado a la recuperación del pasado indígena. En este punto el Plan Cué-XXII se deslinda de la educación nacional y somete la educación de los niños oaxaqueños a una preparación para un sistema ahora no existente, coartando sus libertades. Ahí es donde se percibe la balcanización de la educación oaxaqueña porque se separa del proyecto educativo nacional. En suma, el modelo PTEO Cué-XXII educaría a los niños para la revolución socialista-indígena.
Firmado en enero del 2012, el PTEO carecía del marco constitucional de la reforma del gobierno del presidente Peña Nieto. Por eso fue que el gobernador Cué quiso presentar una contrarreforma para “tropicalizar” la educación –una traición subconciente del tropical modelo cubano de los pioneros–; al final de cuentas, su compromiso con la XXII rompe con el sentido nacional y republicano de la educación y coloca a Oaxaca al margen del proyecto nacional constitucional.
Aunque se debe revisar todo el PTEO para comprender el separatismo educativo Cué-XXII, algunos párrafos ilustran la ideologización de la educación a favor de un sistema socialista-comunitario-indigenista.
“Si para muchas comunidades, la escuela se torna en la única oportunidad para mejorar sus condiciones de vida, el presente programa mira responsablemente hacia la comunidad pero también desde la comunidad, fundamentando proyectos en cuatro componentes: Social, Pedagógico, Ambiental y Alimentario – Económico. Se pretende (…) el impulso de una nueva escuela y un nuevo docente, fomentando cualidades, aptitudes y capacidades para adquirir una comprensión crítica; el desarrollo de una percepción distinta y alejada de la concepción utilitaria de la naturaleza (…)
“La fundamentación del programa expresa cómo es que la estructura y el crecimiento económico de los mercados ha acarreado graves consecuencias reflejadas en costos ambientales, sanitarios, sociales, culturales, económicos y educativos, que se manifiestan en una disminución de la calidad de vida de los pueblos así como en la pérdida de su identidad histórica y cultural.”
“Toda esta problemática estructural de la dominación interna lleva a plantear las raíces históricas y el papel de la educación y la escuela para comprender el atraso y subdesarrollo que vivimos en Oaxaca y tiene relación con la concentración de la riqueza nacional en manos de grupos minoritarios o élites económicas que dominan a las masas y concentran también los beneficios sociales producidos por las riquezas de cada pueblo. Para que la población conserve su patrimonio y capital, se requiere cambiar y crear nuevas estructuras sociales, lo que implica un cambio en los contenidos de la conciencia, fenómeno posible en la medida que se transforme y dé sentido a la educación en las escuelas.
“De ahí que el documento proponga construir alternativas pedagógicas para mejorar la práctica docente, donde el colectivo será el que genere el proyecto educativo de su escuela desde la cual se eduque para mejorar las condiciones de vida de los niños, jóvenes y adultos oaxaqueños”.
En este sentido, el PTEO convierte al maestro no en un educador sino en un agitador de conciencias, en un conductor de la conciencia ideológica de los niños, en un extensionista revolucionario, en un capacitador de disidentes contra el sistema productivo
Al final, el PTEO ya firmado entre el gobernador panista-perredista Cué con la Sección XXII ha entrado en confrontación con la reforma constitucional. Y el saldo no tiene alternativas: mantener la balcanización ideológica-comunitaria-indigenista de la educación pública en Oaxaca con un Pacto que se niega a aceptar la política educativa nacional o regresar a Oaxaca y al gobernador Cué a la institucionalidad republicada gobernada por la Constitución federal y su artículo 3º. En todo caso, el gobernador Cué quedó atrapado entre sus compromisos con la XXII por el apoyo dado a su candidatura en julio del 2010 y el marco constitucional vigente en materia educativa.
Y en la propuesta PTEO se localiza el conflicto en Guerrero, donde los maestros quieren aplicar el Plan oaxaqueño, y de ahí extenderlo a otros los estados dominados por la Coordinadora disidente de maestros: Chiapas, Michoacán, Tabasco y parte del Estado de México y del Distrito Federal para completar la balcanización educativa.
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