La Constitución de 1854 y la crisis de México
+ Filtraciones, advertencias a Obama
+ Espías, ejército invisible de soberanía
OAXACA, Oax. 28 de octubre de 2013 (Quadratín).- A la par de la transformación de la Oficina de Servicios Estratégicos de los EU en Agencia Central de Inteligencia (CIA), en 1947, en México nació la Dirección Federal de Seguridad como brazo dependiente del espionaje estadunidense. El contexto político fue la guerra fría, hoy reciclada.
Desde entonces, México es el centro de todas las agencias de espionaje convirtiendo al DF en el Berlín de América: una de las tres más grandes estaciones de la CIA en el mundo se encuentra precisamente en la capital mexicana. Primero contra el comunismo y ahora contra el terrorismo, México es pieza clave de la seguridad nacional de Washington.
El reciente escándalo por las filtraciones de que los EU habían espiado a Felipe Calderón y al presidente Peña Nieto haya abierto temas de debate:
1.- Las filtraciones forman parte de una rebelión interna de los servicios de inteligencia y seguridad nacional contra Obama por su tibieza en el manejo de los instrumentos de la información. Obama ha fracturado el escudo de la seguridad nacional de los EU. En pocas palabras, el espionaje es el ejército invisible de las soberanías y en los EU es el principal instrumento de dominación del adversario.
2.- México carece de una verdadera política de seguridad nacional:
Fox creó el consejo de seguridad nacional pero pronto se le olvidó; hoy la seguridad nacional mexicana aparece fragmentada en instancias de defensa militar y naval y en una pequeña oficina que no ha encontrado sus verdaderas definiciones: el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Es la hora en que el aparato legislativo sigue reacio a modernizar la ley de seguridad nacional. De ahí la fragilidad del escudo de seguridad nacional de México y su permanente dependencia de las agencias estadunidenses.
3.- Los Estados Unidos, en definición del escritor Gore Vidal, son un “Estado de seguridad nacional” porque su sobrevivencia depende de su hegemonía exterior; se puede resumir en una palabra: un imperio. Los presidentes de los EU deben ser, por tanto, geoestrategas; y Obama es el segundo presidente que carece de pensamiento estratégico y de seguridad nacional, luego de Jimmy Carter.
4.- La comunidad de los servicios de inteligencia de los EU –The U.S. Intelligence Community, de Jeffrey T. Richelson, la retrata completa– conforma en los hechos un verdadero Estado paralelo para la sobrevivencia del imperio.
Pero todos, absolutamente todos los Estados, tienen servicios de inteligencia y espionaje: el espionaje es la recopilación de información para la prevención de riesgos. De ahí la ingenuidad de rasgarse las vestiduras por las filtraciones; de hecho, todos los presidentes de otros países han sabido siempre que eran espiados por los EU. Y Obama es espiado por agencias de otras naciones.
5.- Las funciones de la Agencia de Seguridad Nacional son de sobra conocidas. Su tarea es interceptar comunicaciones de todo el mundo; si acaso, antes lo hacía direccionalmente en términos de comunismo y narcotráfico y hoy se dedica a espiar a ciudadanos. Por ello el Estado de Seguridad Nacional de los EU ha dado el paso al Estado Policiaco de Seguridad Nacional que creó George W. Bush y perfeccionó el profesor de derecho constitucional Barack Obama. El libro Puzzle Palace, de James Bamdford, revela que la NSA (por sus siglas en inglés), es la pieza más importante del sistema de seguridad nacional de los EU.
6.- La NSA ha tenido antes presencia en México. Participó en la investigación de los EU y de México sobre las presuntas irregularidades de Raúl Salinas de Gortari en tráfico de dinero ilegal.
Más que quejarse de lo que no se va a modificar, el caso de la NSA debe obligar a México a redefinir su política de seguridad nacional ante el imperio.
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@carlosramirezh