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MÉXICO, DF. 14 de septiembre de 2014 (Quadratín).- La ciencia política, rezagada de la política (1).
Desde el 2000 México entró en una zona política llena de incertidumbres, no sólo por los comportamientos reactivos de los actores, la importancia de entender la política se convirtió en un desafío para la ciencia política. Pero luego de casi tres lustros, la politología ha mostrado un rezago en su capacidad y posibilidad de interpretar las nuevas realidades.
De ahí la importancia de contar con un sitio internet que trate de poner al día la ciencia política mexicana. El sitio cienciapolitica.mx, bajo los auspicios del Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, A.C. buscará convertirse en un espacio de encuentro y de debate sobre los aspectos teóricos de la política. La decisión representa un reto por la declinación del estudio de la ciencia política, muy a tono con el acta de defunción que firmó el politólogo César Cansino en su libro La muerte de la ciencia política.
Pero esté muerta o viva, de todos modos el estudio teórico de la política es hoy una necesidad como en 1950 cuando se anunció la creación de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. A la vuelta de casi sesenta años, el dato preocupante se localiza en el cierre de escuelas de ciencia política en México, en la falta de dinamismo en el escenario internacional y en la desviación de la politología hacia otras especialidades.
La crisis de la ciencia política mexicana no es nueva. En el año 2000, en el relevo de la dirección de la Asociación Americana de Ciencia Política, un correo electrónico revolvió el ambiente politológico estadunidense con la queja de que los dirigentes de la asociación estaban más inclinados a la teoría cuantitativa que a la filosofía. Esta corriente de protesta se cobijó bajo el nombre de Perestroika. Sus resultados fueron menores, aunque pudo jalar la atención a la excesiva tendencia de la ciencia política a la economía. Pero no podía ser de otra manera: la ciencia política formal nació a mediados del siglo XX justamente en los Estados Unidos con el libro de David Easton sobre el sistema político: la política en función de estructuras, no de ideas o teorías.
En el 2004 el politólogo italiano Giovanni Sartori sacudió el ambiente académico con un breve artículo preguntando “¿Hacia dónde va la ciencia política?” Y su queja era la misma que los de la Perestroika: excesivo cuantitativismo, mucha matemática y poca filosofía, casi nada de nuevas ideas. Las investigaciones politológicas enfatizaban más los procedimientos que la teoría en sí misma.
La revisión crítica llegó a su punto culminante en 2010: Cansino ya no se quejaba de las desviaciones cuantitativas, sino que plano decretó la muerte de la ciencia política. Lamentablemente para el continente iberoamericano, la tesis de Cansino no abrió el debate politológico que debió de haber provocado. Pero de manera silenciosa la planta de estudiantes, egresados, revistas y tesis sobre política fueron reduciéndose de manera inevitable o prefirió aliarse a otras ciencias como la administración pública y la economía.
El dato más revelador de la crisis de la ciencia política en México radica en la inexistencia de un Colegio Nacional de Ciencias Políticas; hasta comienzos de este siglo hubo uno pero formaba parte del espacio académico del sistema político priísta. En algunas universidades, como la Iberoamericana, ha creado su propio Colegio de Ciencias Políticas sólo para egresados de ese centro académico.
La politología en México
La politología como estudio de la política mexicana nació con el México independiente: primero como propuestas de organización política poscolonial, después como análisis de la realidad y finalmente como objetivo crítico. Y la politología como método de análisis es joven y surgió al calor de la formalización de la ciencia política cuantitativa en los Estados Unidos a mediados del siglo XX, aunque más tarde se separó hacia escuelas más dinámicas: la francesa de Duverger y la italiana de Sartori y más tarde de Bobbio. La diferencia marcó las posibilidades de la politología. Aunque Octavio Paz nunca se consideró un politólogo o analista de la política, sus ensayos analíticos sobre la política nacional e internacional tuvieron un marco metodológico ajustado a los requerimientos de la ciencia política.
De la primera manifestación politológica en México en 1808 al calor del secuestro del rey Carlos IV y su sucesor Fernando VII en Bayona y que fijó por primera vez la teoría de la soberanía popular en el debate en el ayuntamiento de la ciudad de México a los últimos ensayos políticos de Paz, la politología en México tuvo tres espacios:
A).- El escenario de estudio:
+ Fundamentación de las ideas referidas a las formas de gobierno.
+ Establecimiento de formas concretas de gobierno en los dos siglos de México como nación independiente.
+ Definición de doctrinas teóricas en el debate sobre las formas de gobierno y de Estado.
+ En el estudio de la historia no como el registro de procesos sociales sino de definición de nación.
+ En los debates constitucionales a partir del enfoque doctrinario del constitucionalismo mexicano.
+ En la definición del sistema-régimen político derivado de las formas de gobierno y de Estado.
+ El debate intelectual en torno a movimientos sociales y políticos institucionales, revolucionarios y contrarrevolucionarios.
+ La academia.
+ El debate sobre la democracia como la columna vertebral de funcionamiento del sistema, del régimen y del Estado.
+ Y la conformación formal de una oposición a las corrientes dominantes de gobierno.
B).- El enfoque analítico:
+ El institucional. Analizar escenarios, sistemas y contextos históricos desde el punto de vista del sistema político mismo.
+ El académico. Evaluar el sistema político desde fuera, con reconocimiento a aciertos y deficiencias.
+ El opositor. Perspectiva crítica del sistema y las categorías políticas con propuestas de un relevo en la clase gobernante.
C).- Los escenarios históricos de largo plazo de la politología mexicana han sido seis:
+ El fundacional de 1808 a 1812: la crisis de Bayona, el inicio de la lucha de independencia en sus vertientes de imperio mexicano, autonomista y republicana y la Constitución de Cádiz.
+ El de debate de forma de gobierno y de Estado: 1812-1855, de Cádiz a la Revolución de Ayutla que reordenó el funcionamiento de la república, pasando por la Constitución de 1824 y la definición del federalismo y la etapa centralista.
+ La fase liberal 1855-1876 que le dio especial sentido al debate teórico e ideológico sobre el sistema de gobierno y el Estado, en situaciones de invasiones extranjeras, guerras civiles y pronunciamientos militares constantes, dominado por el sentido de Estado de Benito Juárez.
+ La larga etapa porfirista 1876-1911 dividida en la fase de control militar dictatorial, la institucionalización del personalismo y la fase científica de desarrollo.
+ La revolución priísta 1913-2000, desde la victoria electoral de Francisco I. Madero hasta la derrota presidencial del PRI y su régimen autoritario de partido casi único-hegemónico-dominante, pasando por los ciclos internos en los que la economía determino la política en el modelo Hirschman.
+ La democratización 2000 en adelante y el fortalecimiento de la vía institucional y de acuerdos, contra el modelo autoritario definido por Fidel Velázquez de que “a balazos ganamos el poder y a balazos nos lo van a tener que quitar”.
+ La transición lograda por la vía de la alternancia estuvo precedida por un profundo debate sobre los procesos de transición a la democracia, alejando la vía revolucionaria que quiso revalidarse el primero de enero de 1994 con el alzamiento zapatista, según el Primer Comunicado de las Selva Lacandona.
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