Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
MÉXICO, DF. 13 de octubre de 2013 (Quadratín).- 1.- Cuando el PRI perdió las elecciones presidenciales del 2000, la principal tarea del PAN en la presidencia de la república era la de construir un nuevo consenso nacional. El modelo de república del PRI había llegado a su fin. Las bases del modelo de desarrollo del PRI estaban muy claras: Estado hegemónico, política social de bienestar, Constitución como proyecto de gobierno del PRI, acuerdo interclasista, partido dominante y una ideología social como elemento de cohesión nacional. El modelo de producción del PRI giraba en torno a la hegemonía del Estado y de ahí se desprendían las relaciones sociales.
2.- El PAN nació en 1939 para oponerse al modelo estatista del PRI. Su tesis central del Estado subsidiario definía el papel coyuntural del Estado en la medida en que se fortalecían clase sociales autónomas del Estado. A su llegada al poder presidencial, el PAN enfrentó el desafío de transitar el modelo de desarrollo priísta a un modelo de desarrollo democrático. En sus documentos básicos el PAN no habla de neoliberalismo o de fin del Estado, sino de una nación con hegemonía social y un Estado al servicio del desarrollo. El modelo de Estado del PRD es el mismo del PRI. Por tanto, el PAN se presentó como la única real alternativa en cuanto a modelo de desarrollo.
3.- El modelo de desarrollo del PRI pasó por todas las etapas. Al perder a edad temprana su virginidad ideológica, el PRI se convirtió en una gran coalición de clase, grupos, tendencias, intereses y sectores. Por tanto, su modelo de desarrollo fue acomodaticio: pasó del socialismo revolucionario de 1920 a 1940 al populismo de 1940 a 1980 y aterrizó en el neoliberalismo de 1980 a la fecha. En cada una de esas etapas, el eje dinamizador del modelo fue el Estado, primero como el representante ideológico de las clases no propietarias y después como el promotor del mercado a costa de su propia hegemonía. El punto que definió los alcances del Estado fue el de la crisis: cuando tuvo finanzas sanas, sus posibilidades de avance fueron mayores; cuando cayó víctima de la crisis fiscal, el Estado comenzó a rematar propiedades.
4.- El Estado priísta pasó de eje productivo del modelo de desarrollo a aparato ideológico del poder hegemónico de un grupo. Los mecanismos de control político del Estado han sido muy precisos: el PRI, la Constitución, la cultura ideológica, la estructura presupuestal ingreso-gasto y el vigente orden corporativo de sectores sociales dependientes del Estado. Las grandes decisiones económicas están atadas a compromisos estructurales con organizaciones sociales, la mayoría de las cuales promueven movilizaciones callejeras cuando ven en peligro sus privilegios sectoriales.
5.- La principal crisis del modelo de desarrollo del PRI ha sido de pensamiento económico. El eje principal del pensamiento económico del modelo de república priísta es el Estado. De ahí que el ciclo neoliberal iniciado por Miguel de la Madrid en 1982 y relanzado por Carlos Salinas en 1993 con el tratado de comercio libre se haya convertido en un factor de colapso ideológico del pensamiento económico priísta. Por tanto, la alternancia que urge en el país es la del pensamiento económico, que ha subordinado el pensamiento político y el pensamiento social. El fin histórico de la Revolución Mexicana como estructura ideológica fundamental del país ha delineado el espacio de los desacuerdos, del desorden y de la continuidad del modelo priísta.
6.- La alternancia fue producto de la crisis terminal del sistema político priísta. Este Partenón político se sostenía sobre cinco pilares básicos: el presidente de la república, el PRI, el crecimiento económico con bienestar social, los entendimientos con sectores fuera de la estructura del PRI y la cultura ideológica. El presidente de la república dejó de representar el consenso absolutista, el PRI perdió espacios de poder, el PIB no alcanza para atender el bienestar, la oposición leal y sus aliados aspiran al poder y el sistema educativo se ahogó con el modelo ideológico priísta. El PRI, por tanto, ya no podía gobernar. Y careció de una estructura política y de poder alternativa en su seno. La globalización económica y productiva fue económica y no ideológica.
7.- La alternancia partidista en la presidencia de la república, aún sin una estructura de poder integrada, representó el fin histórico del consenso ideológico y político de la Revolución Mexicana. Si el Estado era el eje del consenso, la corrupción gubernamental demeritó la calidad de la gestión estatal. Y al manejar mal las finanzas, el gasto prioritario dejó de ser social y se reorientó a cubrir las deficiencias de las empresas estatales y paraestatales. El consenso de la Revolución Mexicana se justificaba en términos de que el Estado era el único que podía garantizar el objetivo del bienestar social. Al liquidar el Estado como el eje de la economía, el gobierno de Salinas terminó con el consenso: ahora el mercado tenías la función de generar el bienestar. Paulatinamente, el PRI fue observando las tendencias electorales: a mejor autoridad política y moral del Estado correspondía menor votación para el PRI.
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