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OAXACA, Oax. 27 de enero de 2014 (Quadratín).-Para tranquilidad de la reforma energética aprobada por el PRI y el PAN, el conflicto de López Obrador con el PRD es de fondo, impide alianzas y llega a un estado de ánimo sicológico difícil de superar: el resentimiento.
López Obrador diseñó en el 2008 una contrapropuesta a la que presentó el presidente Felipe Calderón y la llevó al Senado para que la impulsara el entonces Frente Amplio Progresista PRD-PT-Convergencia.
Sin embargo, a la hora decisiva, el PRD y sus aliados prefirieron negociar con el PAN y con el PRI y abandonaron los compromisos con López Obrador.
Ahí se dio, en el escenario energético, la fractura del espacio ideológico centro-neopopulismo-izquierda y ahí tomó López Obrador la decisión de no volver a confiar en el PRD, al grado de comenzar a impulsar su propio partido político.
Lo interesante, en el escenario del 2013-2014, es que el PRD de ahora es el mismo del 2008;
–En el 2008, el coordinador de la bancada del PRD en el Senado era Carlos Navarrete, hoy candidato de Los Chuchos para la presidencia del partido; el PT lo manejaba Alejandro González y Convergencia lo operaba Dante Delgado.
–En la Cámara de Diputados estaban como coordinadores Javier González Garza, de Los Chuchos y hoy asesor de Miguel Ángel Mancera en el GDF, Ricardo Cantú por el PRD y Alejandro Chanona por Convergencia.
–Y en la presidencia del PRD había un caos: Leonel Cota Montaño terminaba un periodo de pérdida de identidad del partido, Graco Ramírez y Raymundo Cárdenas fueron interinos pero sólo para enredar más las cosas; Guadalupe Acosta Naranjo fue otro interino de meses; y en la elección compitieron Jesús Ortega y Alejandro Encinas, los datos le dieron la victoria al lopezobradorista Encinas pero el Chucho mayor llevó el asunto a tribunales y se apropió del CEN desde entonces.
En este escenario el PRD en las Cámaras prefirió pactar con el PAN y con el PRI, que impulsar la reforma de López Obrador, entre otras razones porque el PRD carecía de fuerza: 36 senadores (28 por ciento) y 156 diputados (31 por ciento).
El movimiento lopezobradorista se oponía a la reforma constitucional (que finalmente no la hubo) y a la existencia de contratos (que ya había permitido el propio Lázaro Cárdenas en 1940), además de cerrarse ante cualquier posibilidad de privatización de territorios petroleros y espacios de Pemex.
Al final, la iniciativa de Calderón fue aprobada con votos del PAN, del PRI y del PRD y se promulgó el 28 de noviembre del 2008. La queja de López Obrador fue el desdén del PRD-PT-PC hacia la iniciativa del movimiento de defensa del petróleo diseñada, decía, por una centena de intelectuales y técnicos.
El resentimiento de López Obrador hacia el PRD de 2008 respondió a su involucramiento personal desde la calle para bloquear la reforma; y si bien las siete iniciativas de Calderón iban a aprobadas por la mayoría PRI-PAN, López Obrador esperaba mayor oposición del PRD; pero en la votación en el senado el 23 de octubre sólo seis miembros del FAP votaron en contra. Frente a la presión callejera del tabasqueño que quería impedir la sesión, los senadores votaron las leyes con policías federales dentro del recinto por amenazas lopezobradoristas.
Y en la Cámara de Diputados votaron las leyes el 28 de octubre con el apoyo de PRI, PAN, Verde y Nueva Izquierda de Jesús Ortega. Ahí se rompió, en realidad, la relación de López Obrador con el PRD de Nueva Izquierda.
En este contexto, la posibilidad de unificar nuevamente la coalición de Nueva Izquierda-PRD con la facción neopopulista de López Obrador será imposible, y a ello se agrega ahora la tribu de Marcelo Ebrard que tratará de aliarse con López Obrador para desfondar al PRD.
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@carlosramirezh