Obispos de México: Un nuevo horizonte
OAXACA, Oax. 20 de marzo de 2014 (Quadratín).-Como el sistema político se mueve por reacciones de resortes, la entrevista de Carlos Ahumada con El Universal lanzando dardos que pegaban en Rosario Robles recibió una pronta respuesta: la liberación adelantada de Gustavo Ponce, tesorero de López Obrador, que apareció en un video del empresario argentino.
El aparato político del sistema se mueve todavía en función de impulsos del viejo régimen, sobre todo en una democracia imperfecta.
La declaración de Ahumada fue tomada en el sistema político como un ataque contra el gabinete del presidente Peña Nieto por el papel clave de Robles en la estrategia política del gobierno priísta de regreso al poder presidencial y la respuesta no se hizo esperar.
Gustavo Ponce fue el primer escándalo que estalló Ahumada en marzo de 2004 como parte de la estrategia de la alianza del empresario argentino con Carlos Salinas de Gortari y el jefe panista Diego Fernández de Cevallos, para bajar a López Obrador de la tendencia en las encuestas presidenciales para el 2006.
Luego vendría el video exhibiendo a René Bejarano, operador político personal del tabasqueño, recibiendo paquetes de dinero en efectivo. Y la operación política tendría su punto culminante en 2005 con el desafuero del entonces jefe de gobierno por no obedecer un amparo.
La declaración de Ahumada a El Universal en marzo de este 2014, diez años justos de los escándalos de 2004, puso en la mira a Robles por el cobro a extemporáneo de supuestos créditos.
El problema, en realidad, no era el dinero sino el efecto político buscado por Ahumada: la reactivación de la crisis en las élites en el 2004. Pero si Ahumada buscaba capitalizar políticamente sus declaraciones como lo hizo hace diez años, ahora la respuesta fue la cebada de la bomba política.
En este contexto, la liberación adelantada de Gustavo Ponce fue en realidad la respuesta que Ahumada no esperaba.
En el 2004 Ahumada había grabado a Ponce jugando en Las Vegas en una mesa para clientes de altos niveles de apuestas y provocó una severa crisis de credibilidad en el discurso moralista de López Obrador, jefe de gobierno y jefe de Ponce.
Lo de menos fue entonces si Ponce estaba gastando dinero público o propio; el hecho de ver al tesorero del gobierno de la esperanza apostando miles de dólares causó estragos en la credibilidad del tabasqueño.
Ponce fue detenido en octubre de 2004 y en abril de 2009 fue sentenciado a ocho años de prisión; el 14 de marzo de este 2014 fue exonerado de las acusaciones y comenzó a gozar su libertad. Su proceso iba caminando con lentitud pero hubo instancias judiciales que le dieron velocidad después de las declaraciones de Ahumada a El Universal que quisieron dañar a Rosario Robles.
Ya antes Ahumada había tenido otra derrota: el arresto y encarcelamiento de René Bejarano por el video del dinero recibido en la oficina de Ahumada, pero su liberación en julio de 2005; de hecho, Bejarano permaneció en la cárcel sólo siete meses.
La intención der Ahumada al revelar los videos en el 2004 fue la de desbarrancar la candidatura presidencial de López Obrador. Por su papel político en la jefatura de gobierno, el tabasqueño se había colocado como puntero en las encuestas presidenciales para el 2006, con una ventaja de más de 25 puntos sobre el PAN que entonces no tenía candidato y el PRI con Roberto Madrazo como presidente del comité ejecutivo y seguro candidato presidencial.
A lo largo de 2002 al 2004, la figura política de López Obrador parecía imbatible y el mismo aspirante ya se sentía seguro ganador de las elecciones presidenciales.
Tres obstáculos tuvo que encarar: el video de Ponce, el video de Bejarano y la solicitud de desafuero. Juntando esos tres escenarios, la tendencia de López Obrador se fue minando; la candidatura de Madrazo desencantó a ciertos electores y la nominación del panista Felipe Calderón resultó un contrapunto. Si bien la estrategia para dañar la precandidatura de López Obrador dio resultado, la pérdida de los puntos decisivos que marcaron su derrota se dio en los tres últimos meses de la campaña, junto a tres aspectos que afectaron al tabasqueño: su ausencia en el primer debate, su discurso del chachalaca y el spot del PAN sobre el peligro para México.
Las declaraciones de Ahumada a El Universal a principios de marzo de este año de 2014 carecieron de efecto político, no generaron escándalo y su ineficacia también registró la ausencia en el debate de Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos.
La respuesta que Ahumada no esperaba fue la del sistema priísta: la liberación de Gustavo Ponce se leyó políticamente como la derrota del empresario argentino y la percepción de que su poder político era nulo sin el apoyo de Salinas y Fernández.
Antes de regresar a Argentina después de su reciente fracaso, Ahumada dejó entrever que tiene aún muchos videos en su poder, pero al final parece una amenaza más retórica que real.
En el 2004 estaba el PAN en el poder, Vicente Fox fue capaz de todo para desbarrancar a López Obrador y el sistema priísta usó a Ahumada contra el tabasqueño. Hoy gobierna el PRI y hay versiones de que Ahumada fue advertido de que se olvidara de México porque los priístas sí saben usar el poder.
@carlosramirezh