Diferencias entre un estúpido y un idiota
+ Traición, fracaso de AMLO en 2008
+ Cárdenas, a la cola del Peje-furgón
OAXACA, Oax. 29 de octubre de 2013 (Quadratín).- Aunque forma parte de denuncias discursivas poco serias que suelen aderezar sus mítines decrecientes, Andrés Manuel López Obrador ha sacado su amenaza de denuncia de traición a la patria del cajón de los cachivaches. Sólo que está vez sumó a Cuauhtémoc Cárdenas.
Como aportación de elementos de memoria, la del domingo fue la segunda ocasión en que el tabasqueño hace tronar el cielo patrio cruzándose en el pecho la bandera tricolor con la banda presidencial patito que lo coronó como presidente legítimo el 20 de noviembre de 2006.
En septiembre del 2008, López Obrador acusó al entonces presidente Felipe Calderón de “traición a la patria” y dio a conocer el largo texto legal que redactaron el constitucionalista Jaime Cárdenas Gracia y “otros juristas renombrados”.
López Obrador y seguidores fincaban su acusación a Calderón bajo el argumento de que había enviado el 8 de abril de 2008 cinco iniciativas de ley:
Ley Orgánica de Pemex, reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal reformas y adiciones a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 en materia de petróleo, reformas a la Comisión Reguladora de Energía y Ley de la Comisión del Petróleo. Y el 14 de mayo del mismo año propuso reformas a la Ley Federal de Derechos. Las reformas se aprobaron y López Obrador entregó la acusación al Senado pero fracasó a pesar del plantón-vigilia de varias horas que hizo en el Palacio Legislativo.
Estas reformas, decía López Obrador para fundamentar la acusación contra Calderón, “son totalmente contrarias” a la ley fundamental de la república y configuraban los mismos presuntos delitos que López Obrador, ahora seguido de Cárdenas, otros perredistas y dos sacerdotes, le adjudica al presidente Peña Nieto. Lo malo ha sido que en el 2008 como hoy las denuncias sólo sirvieron para darle algo de sabor a discursos de mítines zocaleros, aunque hoy más menguados que en el 2008.
Lo significativo de la denuncia de hoy es que asoma Cárdenas como peón de las jugadas escandalosas y extremas de López Obrador. El fracaso de la acusación del 2008 puede preverse para la de ahora, por más que el apellido Cárdenas aparezca en la carta enviada a diputados y senadores, a quienes el tabasqueño ha injuriado hasta el cansancio y ahora sale pidiéndoles el apoyo.
La denuncia de ahora revela que López Obrador, Cárdenas y el PRD le apuestan al fracaso de México como nación, lo cual podría significar, en dialéctica rebuscada y nada jurídica, una “traición a la patria” porque frenan una posibilidad de desarrollo. En menos de quince años se acabarán las reservas petroleras conocidas de México y el país pasaría a ser importador de crudo. Si el petróleo profundo se mantiene ahí, México sería una nación de pobres sentados sobre la riqueza no explotada, algo así como el tesoro de Moctezuma. Con la reforma habría crudo para medio siglo más.
Cárdenas se subió al furgón de cola del lopezobradorismo menguado en sus mítines zocaleros y apoyó objetivamente a López Obrador en la demanda de registro de su partido a costa de desfondar al PRD que podría ser dirigido por el michoacano; así, la amenaza de denuncia de “traición a la patria” no es más que un fuego der artificio del juego mediático de López Obrador.
Al final, López Obrador le apuesta a la desmemoria de la sociedad; de ahí su decisión de desempolvar el documento del 2008, darle una manita de gato y presentarla como flamante denuncia mediática que por lo demás pasó sin pena nigloria por los medios. Por lo pronto, legisladores del PAN y el PRD lo abanicaron y el tema dejo de ser agenda política, aunque en sus extremismos arrastró con un Cárdenas desesperado por rescatar la memoria política e histórica de su padre, el expropiador del petróleo en 1938.
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@carlosramirezh