Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
MÉXICO, DF. 27 de mayo de 2014 (Quadratín).- Dos temas centrales:
1.- Las elecciones en el parlamento europeo.
2.- El retiro del retirado subcomandante Marcos.
Lejanos pero con conexiones políticas.
Luego de su derrota militar a los diez días del alzamiento zapatista, Marcos pasó a la fase política y ahí se convirtió en el primer guerrillero cibernético de fama mundial. Un espacio geopolítico donde encontró proyección fue en Europa, donde los socialistas-socialdemócratas mantenían el poder y prodigaban apoyos a otras partes del mundo. Marcos fue uno de ellos: socialistas españoles, italianos, franceses y alemanes financiaron, vía fundaciones, al guerrillero zapatista.
Ayer que se conoció que Marcos anunciaba una especie de retiro o algo así, los conservadores europeos volvieron a ganar las elecciones del parlamento europeo. Peor aún, los socialistas no sólo fueron arrasados por la derecha sino que la propia izquierda apareció dividida. La derrota en España, Italia y sobre todo en Francia –donde ganó el ultraconservador partido del ultraderechista Le Pen– marcó una declinación histórica de la izquierda.
Lo interesante radicó en el hecho de que la derecha tomó el poder en el contexto de la crisis financiera del 2008, del fracaso de las políticas populistas de gasto y de la introducción de programas severos de ajuste macroeconómico con alto costo social. Y ni así pudo la izquierda construir un frente de resistencia social o de crítica al neoliberalismo; la izquierda se percibió vieja, dogmática, sin discurso y sobre todo sin capacidad para concitar la organización de los afectados.
En España ocurrió un fenómeno interesante: los jóvenes buscaron nuevos espacios, repudiaron a la derecha y abandonaron la izquierda; un nuevo liderazgo joven se construyó alrededor de Pablo Iglesias, homónimo del héroe socialista. Creó el grupo Podemos y se jaló ahí a los indignados y otros grupos de redes sociales. En las elecciones ganó cinco asientos en el parlamento pero partiendo de cero: el 9.2 por ciento de las cincuenta y cuatro curules con 1.24 millones de votos.
Marcos en México anunció su retiro cuando llevaba prácticamente cinco años retirado. Si es enfermedad o no, a estas alturas es lo de menos. Marcos se convirtió en un pivote elitista de una protesta contra la desigualdad social, fracasó en la construcción de una alternativa democrática y se atrincheró en la agenda indígena. La lucha del EZLN ganó mucho para los indígenas pero esa agenda y sus resultados de ninguna manera modificaron el rumbo político nacional.
Cuando se necesitaron de pivotes para impulsar la instauración democrática de un nuevo sistema-régimen, Marcos y el EZLN se la pasaban jugando por internet, incapaces de construir una nueva hegemonía política progresista. El desacuerdo de Marcos con el PRD, Cárdenas y López Obrador fue más bien de carácter elitista, de vanidades insuperables. En 1994 ganó el PRI en medio del colapso del sistema y del régimen, en el 2000 la alternancia se dio a la derecha y en el 2000 el PRI regresó a la presidencia de la república; esos cambios ocurrieron debajo de las narices de Marcos.
Y cuando se requería de una iniciativa de reconstrucción de una alianza de izquierda en el 2006, Marcos arribó al DF a apoyar la protesta de Atenco y encabezó marchas desangeladas sin efectos políticos. Derrotado, Marcos se dedicó a escribir comunicados cada vez más confusos y encriptados que sólo él entendía. De su marcha al DF en el 2001 al fracaso en la defensa de Atenco, Marcos y el EZLN se perdieron en la selva cibernética y en la selva de asfalto.
Más que una victoria de la derecha, las elecciones al parlamento europeo y el retiro escenográfico –faltaba más– de Marcos sólo ilustran el fracaso de la izquierda.
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@carlosramirezh