Esta es la versión de la FGEO sobre el operativo en María Lombardo
Penitenciaría de Santa María Ixcotel, Oaxaca, a 30 de septiembre del 2009
A DOS AÑOS
sin mi libertad
A LAS MUJERES OAXAQUEÑAS
A LAS ONG´S
A LAS PERSONAS DE BUEN CORAZÓN QUE APOYAN A LETICIA VALDEZ
A MIS QUERIDOS COMPAÑEROS DE LA SECCIÓN 22
A LAS AUTORIDADES CORRESPONDIENTES
Oaxaca, Oax. 30 de septiembre de 2009 (Quadratín).- Soy una mujer oaxaqueña madre de 2 hijos y una profesionista dedicada a la docencia. Hace dos años, un día como hoy, fue el peor día de mi vida porque me cuartaron mi libertad por un delito que ni en mi mente yo podría hacer y no lo cometí.
Es una gran falsedad; soy víctima de una monstruosa mentira que tiene fines perversos diferentes a la de cualquier madre cuando se trata de proteger a su hijo/a; no puedo creer que una madre, si se le puede llamar así, exhiba públicamente a su hijo de la manera que lo ha hecho la señora Leticia Valdés Martell, puesto que esta palabra encierra muchas cosas.
Entre ellas un gran amor y protección que se le dan a un hijo, entonces me pregunto ¿cómo puede una madre exponer a su hijo para chantajear, sacar dinero, ser protagonista y hacer mucho daño a tantas familias y a su propio hijo? Aún no logro entenderlo, pues yo como madre y como mujer sería incapaz de hacerle daño a un niño y jamás lo he hecho ni lo haría.
Desde el 30 de septiembre del 2007 estoy recluida en la Penitenciaría Central de Ixcotel, Oaxaca, sin ser culpable. Esto ha sido producto de las presiones de la mujer llamada Leticia Valdés Martell.
En el expediente existen todas las pruebas necesarias para comprobar mi inocencia, y en él no dice nada que respalde las mentiras que ha dicho Leticia Valdez durante estos dos años. Sin embargo, el Juez Tercero de lo Penal dictó una sentencia que no está avalada en el expediente, sino por la presión de esta mujer y de quienes la han apoyado conscientes de que todo es producto de la imaginación de la señora.
No comprendo el hecho de que a pesar de haber demostrado mi inocencia sigo privada de mi libertad física.
Invito a la sociedad en general, a todas las personas que desde hace dos años me juzgaron sin saber realmente lo que está en el expediente y lo que en el transcurso de este tiempo ha pasado, a que conozcan a fondo el caso, no con mi dicho, ni con la falsa acusación de Leticia, sino con los documentos, con las diferentes pruebas que se han aportado.
Les suplico me permitan hacerles llegar copias del expediente penal y así puedan conocer la verdad; que dejen actuar a las autoridades correspondientes para que éstas sean quienes me juzguen, de acuerdo a derecho, sin ninguna presión.
Soy inocente y apelo por mi inocencia; Por este conducto, permítanme darles las gracias a todas las personas que han creído en mí y en mi inocencia. A ustedes, madres de familia, les digo de todo corazón, así como a las oaxaqueñas y oaxaqueños, que soy una mujer honesta, trabajadora, dedicada de lleno a mi profesión y no tengo nada de qué avergonzarme.
No es posible que por culpa de una mujer llamada Leticia Valdés se esté violentado mis derechos y se actúe contra mi persona y mi libertad. Yo he permanecido en la cárcel dos años físicamente, pero quiero decirles que mi corazón y mi mente están afuera para hacer el bien a la sociedad; es muy duro y difícil estar en prisión, y sin embargo, desde este lugar, he ayudado cada día a las y los reclusos, a sus hijos y a quienes me rodean, enseñándoles a leer y escribir.
Gracias al tiempo que le dedico a la educación, me ha sido más fácil vivir injustamente prisionera día a día. Hoy, a dos años de mi detención, mi corazón, la mente y sobre todo mi conciencia están tranquilos.
La verdad me hará libre.
Dios juzga a cada quien. Podemos engañar al mundo, pero a Dios no. Sé que la justicia divina llega a su tiempo, y a cada quien nos juzgará a su debido tiempo.
En sus manos, señores Magistrados, no solamente tienen un expediente, sino la vida de una persona inocente. Y es por eso que les pido una pronta resolución con apego a derecho.
Estoy a sus órdenes en la penitenciaría de Ixcotel.
Gracias.
Magdalena García Soto.