El primer mes de Sheinbaum
MÉXICO, DF, 5 de noviembre de 2014.- El representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Javier Hernández Valencia, pidió que el caso de Tlatlaya sea abordado en un contexto más amplio en el que las instituciones y la sociedad se comprometan a hacer realidad las reformas constitucionales que se hicieron en materia de derechos humanos.
Luego de casi dos horas de reunión privada con el grupo de trabajo de diputados que coadyuvan en las investigaciones de ejecuciones extrajudiciales de 22 civiles por parte de militares, Hernández Valencia señaló que el trabajo de la ONU ha sido permanente en buscar que las víctimas sean reconocidas, visibilizadas, dignificadas, pero sobre todo que merezcan la atención de las instituciones.
En entrevista, dijo a Quadratín México que los hechos ocurridos el pasado 30 de junio en el municipio mexiquense, constituyen un caso “paradigmático”, el cual “sintetiza y da la oportunidad de encontrar la línea roja en la que el delito y los responsables puedan ser identificados, y las fallas en la que probablemente varios institutos intervinieron sean reflejados”.
El representante del organismo internacional, retomó los casos de violaciones a los derechos humanos donde ha intervenido el Ejército o el Estado mexicano, como la ejecución de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, en la que además existe una recomendación y responsabilidad señalada de las fuerzas militares.
“Las familias deben estar dolidas del silencio y el olvido de sus casos y la falta de reacción e interés de sus casos, como también el de los 11 cazadores desaparecidos en Zacatecas, que fueron capturados por la policía”, recordó.
Indicó que los medios de comunicación han sido siempre la fuente primaria para hacer visible las denuncias, sin embargo el problema es que en México no se logre producir lo cambios institucionales que se requieren para prevenir que casos como el de Tlatlaya e Iguala sigan sucediendo y sancionar a los responsables cuando se capturan.
“Es importante que sepamos que la subjetividad quedó a un lado porque hay una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que abunda en la descripción de hechos y señalamientos de responsabilidades y que apuntan a las ejecuciones extrajudiciales y las denuncias de tortura de las sobrevivientes que ahora son testigos y que se encuentran recluidas”, subrayó Javier Hernández al referir que también hubieron manipulaciones y alteraciones en la escena del crimen.
Al cuestionarlo sobre la eliminación del fuero militar, el comisionado de la ONU expuso que el debate permanente está en que el alcance y dimensión de las violaciones de los derechos humanos no deben ser parte de del fuero militar. “México optó por una forma que está adscrita a la calidad de las víctimas, si las víctimas son civiles entonces el fuero militar no aplica”, recalcó.
“La ONU siempre ha abogado porque la definición sea por materia y no por persona, pero además las violaciones a los derechos humanos no sean juzgadas por tribunales militares”.
Sobre el hermetismo y privacidad de las reuniones de trabajo, Hernández Valencia explicó que al ser una comparecencia donde se tocan datos y hechos que han sido puestos a su conocimiento bajo el sello de la confidencialidad, incluyendo datos personales, “entonces hablar de eso frente a los medios era inapropiado para las personas que nos brindan la confianza”, arguyó.