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MÉXICO, D.F. 9 de septiembre de 2013 (Quadratín).- Al entrar en vigor el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 53 millones de personas en el mundo que se dedican al trabajo doméstico estarán en posibilidad de que les sean reconocidos sus derechos laborales y sociales y dejen de ser un sector desprotegido, explotado, cuyos derechos humanos no les son respetados.
De acuerdo con información de la OIT, alrededor de 10.5 millones de menores de edad se dedican también al trabajo en el hogar. El 83 por ciento del total de las personas dedicadas a esta labor, calcula la OIT, son mujeres.
El Convenio necesitaba la ratificación de dos Estados miembros de la OIT para entrar en vigor. Ocho países lo han ratificado: Bolivia, Mauricio, Nicaragua, Paraguay, Filipinas, Sudáfrica y Uruguay.
Es de destacar que Venezuela, Bahrein, Filipinas, Tailandia, España y Singapur han aprobado legislación o regulaciones para respetar los derechos laborales y sociales del trabajo doméstico. A ello se suman, Finlandia, Namibia, Chile y Estados Unidos.
Costa Rica y Alemania iniciaron además el proceso de ratificación del Convenio. México se encuentra en proceso de revisión para la posible ratificación del Acuerdo.
La OIT considera que el trabajo doméstico sin reglas laborales claras, en condiciones muchas veces deplorables, puede propiciar que las personas sean sujetas a explotación y abusos en sus derechos humanos. En este sentido, cabe resaltar que sólo un 10 por ciento de los y las trabajadoras domésticas a nivel mundial gozan de reconocimiento laboral, y más de una cuarta parte es excluida de la legislación laboral nacional.
Para la OIT, el trabajo doméstico está en condiciones de vulnerabilidad por la falta de protección legal, además de condiciones de desigualdad en cuanto a horarios y salarios.
En México, existen poco más de dos millones de personas que se dedican al trabajo doméstico. Nueve de cada 10, son mujeres, de acuerdo con datos del Inegi al cuarto trimestre del 2010. Un 60 por ciento pertenecen a un estrato socioeconómico medio-bajo y el 64 por ciento tiene apenas una instrucción primaria o inferior. En 2005, se calculaba que el 11.8 por ciento de las trabajadoras del hogar que viven en los lugares donde prestan sus servicios, eran mujeres indígenas.
Para el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la entrada en vigor del Convenio 189 de la OIT es un instrumento positivo mediante el cual quienes se dedican al trabajo del hogar puedan demandar y ejercer sus derechos laborales y sociales, y evitar la discriminación y violación a sus derechos humanos.