Cortinas de humo
OAXACA, Oax. 15 de noviembre de 2013 (Quadratín).-La luz de la luna avanza en la oscuridad de la habitación. Se alarga como el llanto de Wislawa tras la puerta.
Dejo que la luna avance sobre la música de Thelonious Monk.
La luna en la noche alta se distingue entre la oscuridad como campanita plateada que cuelgadel pescuezo de mi perra, Wislawa.
La luna se espanta con el sonido que hace el correr deuna cortina, el reflejo de la luz huye de la luz.
La noche de la perra que juega con las sandalias negras que se miran fastidiadas de colmillos y pasos.
La perra juega con mis sandalias en la noche, las ataca a mordidas como si fueran las letras afiladas de un autor de Estambul que escribe de política y ficción.
De revueltas religiosas y del Bósforo, el río quepasa manso más allá de los hombres y del tiempo de las revoluciones.
Escribe el autor de Estambul sobre los partidos políticos que ofrecen cambio y renovación pero que nunca cumplen lo prometido.
No sé por qué encuentro satisfacción perversa al relacionar política y esperanza, cambio y bienestar populares prometidos por políticos.
Lo asocio con el desfloramiento de una adolescente conducida con mentiras a la cama. Promesas y ultraje.
Habitamos un tiempo de campaña política por el gobierno, una era permanente que anticipa procesos electorales.
El tiempo de la promesa, el discurso que deviene en campaña publicitaria, la mentira.
Esta noche en que la perra llora tras la puerta de la habitación mientras yo continuo la lectura del autor del Bósforo con todo el cansancio del mundo sobre los hombros mientras suena el piano de Thelonious con esas letras del nombre tan largas como el aullido de un perro o un lobo de la madrugada.
Thelonious. La música se levanta en la noche más allá de todo discurso del político que quiere alcanzar la luna del poder, el gobierno.
Más allá de la luna, la madrugada, el llanto de Wislawa.
Hay escritores que giran su obra en torno del gobierno, esa presencia. Puedo registrar el nombre de algunos autores que dedicaron su mejor esfuerzo a escribir sobre esa pretensión de los hombres, el gobierno.
Esta tarde me la pasé viendo una película cuyo tema era una semana de vida en La Habana, Cuba.
La forma en que el director de la película abordaba el asunto caribeño, su geografía de almas y lugares en un registro salvaje de política y homosexualismo.
La perra se metió en su caja, 3:00 horas.
Ahora sólo flota la música en la noche.
La Hora del Tentador, tiempo del Demonio, decía mi madre.
En la cabeza tengo los dichos de mi madre, casi todos. Suena Monk.
En la oscuridad de la habitación crece la imagen que tengo en mi cabeza de Thelonious.
Un demonio barbado que hace música de los ángeles, para los pobres de este mundo.
El tiempo pasa sobre la lectura del autor del Bósforo que se mira en viejas historias donde un rey ordena a pintores chinos hacer un mural.
Se mete bajo la cama el sonido de la diminuta campana, esa luna que atraviesa la noche atada al pescuezo de Wislawa.