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La reforma de la Iglesia ilumina el ocaso papal
Oaxaca, Oax. 17 de septiembre de 2012 (Quadratín).-Tocan a la puerta de mi casa la mañana de este sábado. Entra un hombre diminuto con su caja de herramientas. Saluda a mis hijos con su sonrisa afable y permanente. La perra, antes brava, mueve la cola. Se detiene frente a la máquina que hace palomitas de maíz como si se detuviera frente a una caja fuerte que contiene todos los tesoros del camino. Como un relojero cotidiano o un quiropráctico vecino que desentraña las partes del milagro. Abre las puertas de mica transparente y desenreda cables y platos giratorios; tuercas y tornillos. Cambia rondanas de ajuste milimétrico hechas con acero inoxidable. Con un gesto de triunfo en el rostro exclama ante los ojos de todos: ¡Ya está! La perra mueve la cola con signo de aprobación y alegría. Guarda sus herramientas del milagro en su caja compañera. Luego se despide y se marcha con una sonrisa donde asoman la alegría de niños y adultos en una tarde de cumpleaños.
TORITO GALÁN
Resulta bueno para el cuerpo consumir poesía entre sorbo y sorbo del primer té del día; cuando el sereno aún no se espanta en el follaje del jardín. Antes que los ruidos cobren rédito con injustos escalofríos y calambres que buscan anidar en la costilla izquierda. Recibir poesía con los primeros rayos del sol, a la hora del vuelo de las palomas. El cuerpo lo agradece mientras llega desde la calle el rumor de una canción popular que se desangra en el zaguán del vecino. Repican martillos y clavos en algún lugar del vecindario; los gallos se encuentran afónicos de confusión. Recibir, digo, Torito Galán, el viento ligero que derrumba las nubes tras los cerros y el ruido de camiones que marchan ya en su sepelio de ataúdes rodantes. Digo, Torito Galán, el cuerpo a esta hora del día espera lo peor de la abeja que se posa en mi mano en busca del polen que la alimenta y nutra. Y mi cuerpo se aprieta todo con la presencia de la mínima abeja y retiene. Digo, Torito Galán. Y el zureo de la tórtola lo es todo y definitivo para nosotros.
EXISTENCIA DE CONTORNO
Una existencia de contorno, sin mirada, sin aliento. Una existencia fría como la madrugada. Contorno de ónix, de bronce frío doméstico. Una vida de estatua en medio de palomas y enamorados.