Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax. 18 de diciembre de 2013 (Quadratín).- 8:45 de la noche, domingo de diciembre. La música para cangrejos que salta entre las rocas de la playa. El mar nunca se cansa de hablar. Para que el camarón no se duerma. Por eso habla tanto y tan alto el mar. Para que nadie se duerma y sea arrastrado por la corriente al centro de los océanos donde existe un agujero que absorbe todo y lo arrastra hasta sacarlo en la oreja del conejo de la luna La misma luna que vemos todas las noches. Ustedes callan y yo hablo, para protegerlos. El mar es nuestro padre, el maestro. Ustedes hablan y yo callo mientras espero en esta noche el autobús que me lleva al centro de la ciudad donde caminan mujeres con una cinta blanca o rosa o naranja atada en los cabellos. La música del que nunca calla. Cangrejos somos. El silencio de todos que nos previene para que nadie venga y nos arrastre por un túnel que sale en la cara iluminada de la luna. Un paso adelante y tres para atrás. La vida pasa entre callar y correr mientras otro habla. Cangrejos que bailan música loca del siglo pasado.