Día 21. No maten al mensajero; prensa sin seguridad democrática
OAXACA, Oax. 3 de febrero de 2014 (Quadratín).-A la casa del Diablo llegan las cosas que no se agarran a la tierra.
Pantaletas, faldas, sombreros. El remolino de polvo es la casa de todo lo extraviado. Las fotografías perdidas de la casa van a dar al remolino de viento y polvo.
Los ojos secos de los que no se comprenden.
Gira lo perdido sobre un pequeño punto en la tierra y abre su boca en el cielo. Ahí se revuelcan las lágrimas de la gente, los suspiros.
Las muñecas rotas de las niñas juegan en el aire, sirven el té a los desesperados.
En el remolino del aire se extienden sin arruga las sábanas blancas, las sombrillas. En el ojo del remolino el Diablo se viste de mujer, toda de blanco para su boda.
El velo fino, la cola sostenida por 300 niños albinos.
Lleva pantaletas y sostén, un refajo largo y se muerde los bigotes mientras se agarra la cola.
En la casa del aire entran los amores sin futuro y salen con el rostro limpio, recién polveado.