Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Oaxaca, Oax. 22 de octubre de 2012 (Quadratín).-El sol nos maldice con el calor sobre nuestros cuerpos: en las calles, desde muy temprano, hierve el ambiente. La gente busca sombra. A esta hora de la mañana inicio mis actividades y busco amparo en la voz de Diana Krall, Lets fall in love.
Sólo la música que a uno que a uno le agrada hace llevadero este inicio de semana, este tiempo de los mil infiernos.
En las noticias se anticipa una semana dura, como todas las que vendrán. Si no son los maestros son los grupos opositores al gobierno.
Si no son los maestros o los grupos opositores son los partidos políticos que piden alternancia; y el ciudadano, bien: que se joda, la democracia lo es todo.
Pero hablaba del calor: algo habremos hecho mal, en algo habremos fallado, como colectivo, como comunidad; con algún Dios habremos quedado mal, porque nos manda sus maldiciones.
O como dicen los ecologistas, o los snobs, como quiera usted llamarles, los que salen a detener el tránsito vehicular por las noches andando en bicicletas, o lo que genera más contaminación. Los que tienen consideraciones y se dicen solidarios con los habitantes de las comunidades, pero tienen sirvienta en casa. Esos, bueno: Esos, los que dicen que hemos ofendido a la madre naturaleza.
Esta semana que se anticipa difícil para el ciudadano de a pie, entre tanta obra vial, entre tantos calores y manifestaciones, entre tanto oído sordo.
Ya verá usted, caro lector, el reto que le significará atravesar el zócalo de la ciudad: un hormiguero no tiene tanto animal, como decía el maestro, ese sí, Chava Flores.
¡Pero bueno! (Decía Otro buen hombre, oaxaqueño él, René Santiago!), a jalar pa lante. ¿Qué se le hace?
Pedimos democracia, pedimos alternancia. Pedimos sindicalismo activo, menos charrismo. Pues toma tu sindicalismo activo. Toma tu democracia. Toma tu alternancia.
La columna se cerca a los 2 500 caracteres con espacio, cosas de las nuevas tecnologías. Lo que antes era la línea ágata, los cuadratines. Y todo esto no hará ni 20 años, no señor, para nada. Pero bueno. Hay que acomodarse a la modernidad.
Tengo que reconocerlo, son un hombre de otro tiempo, con gustos de otro siglo, preferencias de un tiempo que ya pasó; con un humor del siglo pasado.
Suena en el reproductor de discos Litle girl blue, al pieano Diana Krall. Su voz llena el espacio. Canta con sentimiento hondo, profundo, que sale de sus entrañas. Es una blanca que canta con sentimiento de negra. Toca el piano como si se fugara de su origen.