Día 28. PIB: crisis por modelo desarrollo y neoliberalismo
OAXACA, Oax. 17 de enero de 2014 (Quadratín).-Uno puede llegar siempre a decir que fue Jack el Destripador.
En el patio entraba la noche y la perra seguía echada sobre hojas de buganvilia.
Al abrir la puerta de la casa recibí de golpe el sonido de la tambora y el trombón, y un olor a perfume barato de mujer. A la hora de preparar la cena escuché los rezos del velorio. El rumor del velorio atrás de mi casa crecía hacia la medianoche con una certeza de adolescente que mira en el espejo su cara llena de granos.
Afuera la ciudad ardía con gritos de protestas contra el Gobierno.
Atrás de mi cama, separada apenas por una pared de cemento, la muerte se acurrucaba entre las manos de mujeres que sostienen la taza del café caliente.
El olor a copal llega hasta la almohada de mi cama, como para ocultar un hecho, y se mete entre mis cabellos mientras escribo.
Ése olor a pachuli lo traigo en la memoria porque lo usaban en la adolescencia los fumadores de mariguana.
La vida siempre se llena de héroes, y de olvidos. Uno puede llegar siempre a decir que fue Jack el Destripador.