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¿Lealtad a quién?
Oaxaca, Oax. 24 de mayo 2012 (Quadratín).- Apenas ayer la calle era polvo y piedras, basura y olvido. La jacaranda y la buganvilla guardaban la vida con la humedad que les producía la madrugada de calor. El barrio parecía llegar a su fin en el medio día de abril.
La lluvia de abril es mala para el hombre, me dijo un día mi madre: no sirve para la siembra ni para embellecer los jardines, sólo trae enfermedades; principalmente a los niños.
Llegó la lluvia al barrio. Con las enormes gotas de agua el calor de la tierra se levantó hasta nuestra cabeza, subió a nuestro cuerpo por la planta de los pies y se acurrucó en los pulmones. Los niños comenzaron inmediatamente con la tos, el catarro.
Los hombres en el campo no estaban preparados para recibir estas lluvias tempranas. Cae la lluvia y toda la gente corre a guarecerse.
El agua sobre los cuerpos calientes que desajusta la sincronía de temperatura en los pulmones, que destempla los huesos.
Lluvia inútil esta de abril que sólo arrastra mugre, basura por el arroyo que cruza la calle. Lluvia que cae sobre la gente sin otro motivo que traer la enfermedad. Lluvia anticipada de abril.
En las regiones donde cosechan árboles frutales, el mango, por ejemplo, deja un mal presagio esta lluvia anticipada: cuando cae sobre la fruta verde la llena de gusanos; malogra el fruto.
En la ciudad, en el altiplano, las lluvias anticipadas traen granizo; más enfermedades sobre la gente. Atasca las coladeras y las calles se convierten al día siguiente del aguacero repentino en una costra de mugre que apesta. En los patios los cacharros olvidados consienten el agua que se pudre y genera mosquitos que transmiten enfermedades.
En abril la gente no está prevenida para recibir la lluvia. Con el calor de la temporada los techos se resienten y se cuartean, se abren. Allá va a parar la lluvia hasta los tristes dormitorios de las personas. Por allí pasa el agua que echa a perder todo: cama, cobijas, ropa; todo.
En los últimos años el clima cambió. Ahora todo es impredecible. Las lluvias se anticipan o los calores se prolongan. En un año impera un estiaje del fin del mundo y al siguiente las colonias que se extienden en zonas bajas se inundan.
En un año la población demanda del gobierno que los socorra con pipas de agua para poder sobrellevar la sequía; al siguiente claman por bombas que achiquen los altos niveles de agua en las calles. Algo le habremos hecho a la naturaleza que nos castiga con su
voluntad incordia, dispareja.