
Gana la CNTE y dan a la 22 más de dos mil plazas
Oaxaca, Oax. 08 de abril de 2013 (Quadratín).- Antes de llegar a maldiciones posibles, desgracias concatenadas, inercias del mal. Antes, digo, de la ira de los astros sobre nuestras tozudas cabezas, la sal. Invierno blanco que todo lo puede sobre la ropa nuestra. La sal contra el argumento irrebatible del mole. La sal que marca la prudente distancia de nuestra inocente camisa blanca de sus parientes pobres, la salsa. Contra la verde ira de todo guacamole encendido, la sal. Así, hasta llegar al mundo suave rescatado de las profundidades de la uva, la sal. El tinto desaparece de nuestros albos pantalones ante la presencia irreductible de la sal. Nos rescata siempre de los vientos repentinos de un carmín contrariado, la sal. La sal borra toda señal que deja constancia de los pasos del infiel por la alcoba. Antes de la mirada del fuego está el trabajo esforzado de la sal para borrar la mancha posible del crimen. La sal es viento a favor que inflama las navegaciones de los amores. La sal anida en su blancura el despropósito de toda hora. La sal, que hermana a los hombres. Que zanja diferencias que separan a ricos y pobres. Que anula el abismo que existe entre gobernantes y gobernados. La sal, bandera que socorre al distraído.
Foto: Archivo