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Oaxaca, Oax. 10 de julio de 2013 (Quadratín).- Esta es la hora en que los políticos se retiran a descansar. Esta es la hora en que la lluvia de junio cae sin descanso sobre la ciudad amurallada. Es el tiempo en que las palomas se alejan de la catedral, de los jardines municipales, de nuestro cielo, para buscar mejores sitios donde puedan observar protegidas de la lluvia a los enamorados, como lo vienen haciendo desde que el primer hombre sobre la tierra besó a la primera mujer. Tiempo en que los perros sin dueño se alejan de las fuentes públicas. Momento en que los vagos y desterrados dejan de mirar descaradamente las caderas de las niñas que caminan por los jardines públicos, entre risas, con sus amigas. Momento del primer hervor del café con leche, del chocolate espeso, del te de boldo que aparta de nuestra vida los males reumáticos, la gripe. Tiempo en que la municipalidad entera descansa y sólo se dejan escuchar a lo lejos los truenos, se ven caer los rayos sobre los campos de labranza. Hora en que las ratas se dejan ver sin pudor por el ojo humano, cuando flotan por las calles anegadas por este arroyo de agua de lluvia que corre libre rumbo al gran río.
Foto: Archivo