
Entre Layín y Haces
OAXACA, Oax. 28 de febrero de 2014 (Quadratín).-Con su primera semana de mal salario se compró un frasco de oloroso perfume, una pañoleta roja para sus cabellos, la blusa blanca.
En su día de descanso se fue al puerto a recibir la brisa fresca del mar, y a reír con sus amigos marineros.
Se ganaba la vida fregando trastos, pisos, lavando ropa ajena. Doce horas de jornada, mal salario, alimento y unas cuantas monedas para el camión.
Remedios tenía una hija que cuidaba su madre, en su pueblo.
El salario le alcanzaba para pagar el cuarto en el puerto. La comida la hacía en la casa donde prestaba servicio.
Era buena mujer, trabajadora. Era mala mujer, mala cabeza.
No guardaba sus centavos. Los domingos se iba al muelle a recibir la brisa fresca del mar, a disfrutar de su amistad con los marineros y a que nadie la juzgara por la pañoleta roja en sus cabellos, su blusa blanca donde traslucían sus pezones y el cuerpo oloroso a perfume.