Premian Casa y Francisco Toledo AC a inventíferos peludos
OAXACA, Oax. 6 de mayo de 2014 (Quadratín).- Agradezco la invitación que me hiciera esta mañana Jorge Machorro Flores, director de Cultura de la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez.
Será necesario identificar en un primer momento a qué nos referimos cuando hablamos de un debate sobre la política cultural. ¿Al número de personas que dedican su tiempo prioritariamente a establecer procesos creativos? ¿Al dinero que otorga el gobierno dedicado exclusivamente para el ramo? ¿A las actividades encaminadas para ofrecer arte y cultura a la población?
Aquí algunas consideraciones para establecer un debate hacia una política cultural en la ciudad capital, expuestas desde la visión de un autor de poemas:
1.- Los actores del arte tienen que dar la cara y participar en un diálogo abierto con la comunidad cultural, los administradores de la cultura y la sociedad. En este momento donde campea la acción embozada, los rostros ocultos que en nombre de todos piden espacios de participación, es necesario recuperar la confianza en una convivencia democrática deliberativa.
2.- L a ciudad de Oaxaca de Juárez se convirtió, en el marco de la administración de la cultura, en un botín de guerra donde los que poseen mayor información sobre promociones, becas, reconocimientos y publicaciones, los que manejan información privilegiada de parte del gobierno y particulares, son los dueños de la actividad cultural. El Artículo 115 Constitucional le otorga espacios propios al municipio que no son utilizados, ese vacío lo ocupan vivales que se ostentan como promotores culturales. Ahí están los casos donde le cobran a los autores un porcentaje del monto de posibles becas por hacer proyectos de acuerdo a reglamentos, lo que demuestra claramente el coyotaje. Es urgente la transparencia y difusión de estos temas, principalmente para los artistas jóvenes.
3.- La sociedad no cree en su gobierno, para corroborarlo es suficiente observar el abstencionismo en los procesos electorales. Y los trucos de los políticos para favorecerse de la preferencia electoral el día de la jornada son infinitos. En este país todo gobierno tiene término constitucional, pero nos aguarda la partidocracia. Una vía de arranque de una política cultural en nuestra ciudad es recuperar la acción civil en los individuos que hacen arte y cultura. Volver a la irreverencia y a la rebeldía, como condición primera del arte. Esas condiciones podrían ser una buena característica de la política cultural, más allá de gobiernos y políticos con fecha de caducidad.
Estimado Jorge, amigos todos, aquí dejo mis consideraciones para un próximo debate, abrazo grande.