Economía en sentido contrario: Banamex
Cine como política pública
“Hablar de los políticos es un principio ético para cualquier cineasta”. Costa Gavras, cineasta francés.
OAXACA, Oax. 26 de febrero de 2015.-Las políticas culturales en nuestro país son motivo de diversas reflexiones, debates y publicaciones cuya profundidad parece interminable. El debate es amplio y va desde la legislación que considere el acceso a la cultura como un derecho humano, el marco jurídico para la protección de la cinematografía nacional, la asignación del presupuesto federal, los programas y estímulos que se privilegian, medición del consumo cultural, hasta la relación existente entre tomadores de decisiones con artistas y actores culturales.
Hace unos días Alejandro González Iñárritu, Emmanuel Lubezki y Martín Hernández mostraron al mundo el enorme talento del cine mexicano. Anteriormente Alfonso Cuarón obtuvo también el Óscar a mejor director y de la misma manera Guillermo del Toro se suma a los virtuosos del séptimo arte que en los últimos años han sido merecedores de galardones internacionales.
Especialistas refieren que se trata de casos particulares exitosos pese a la situación crítica que en su conjunto padece el cine en nuestro país al competir con empresas hollywoodenses.
Lo cierto es que no existen los mecanismos ni incentivos que alienten la producción de cine en las entidades. El interés por la cinematografía es nulo en la gran mayoría de las secretarías de cultura de los estados. Mucho menos existen iniciativas de vanguardia que permitan etiquetar recursos para el fomento de proyectos audiovisuales.
Los creadores esperan anualmente convocatorias de becas para realizar sus proyectos que generalmente resultan insuficientes, o bien, someten sus propuestas al fondo del Instituto Mexicano de Cinematografía cuyas posibilidades no siempre alcanzan para concretar las producciones.
En Oaxaca podemos mencionar a Ignacio Ortiz (Cuento de hadas para dormir cocodrilos, 2002) Premio Ariel a mejor película; así como a Rigoberto Pérezcano (Norteado, 2009) acreedor al Premio de la Industria y el Premio Casa América. Recientemente con “Carmín Tropical” el zaachileño obtuvo el reconocimiento al mejor largometraje mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2014.
Valiosos esfuerzos como el de Luna Marán y Mariana Musalem quienes realizan campamentos audiovisuales promoviendo el cine comunitario, una perspectiva no comercial que habilita procesos de reflexión social a partir de elementos identitarios; Carlos Poblano, Roberto López Flores, Bruno Varela, Roberto Olivares, Ángeles Cruz, Nicolás Rojas, el Colectivo Ojo de Agua A.C. promotores de la comunicación indígena, así como el exitoso programa de Oaxaca Cine, merecen todo nuestro reconocimiento.
Ejemplos como los anteriores nos hacen pensar en la necesidad urgente de establecer políticas públicas que desde lo local puedan generar las condiciones reales de impulso al cine y a los creadores.
Es una pena que en Oaxaca con la calidad de cineastas que tenemos, el proyecto tan prometedor del Centro de las Artes Cinematográficas y Audiovisuales haya quedado sólo en el discurso oficialista y como una pretensión para desviar recursos aumentando de forma grosera el presupuesto inicial que se tenía contemplado.
Resulta aberrante que derrochando el erario, al capricho de un grupo de poder y con graves daños el entorno ecológico se priorice un centro de convenciones obsoleto antes que una escuela de música de alto nivel, también ilusoria promesa.
Los hacedores de política debíamos replantear nuestro acercamiento y contacto con la cultura y con los actores culturales.
Formar en conjunto las políticas en la materia, escuchando. Hace tiempo que estamos distanciados de ellos. Los volteamos a ver sólo cuando opinan del gobierno.
*Diana Luz Vázquez Ruiz, licenciada en Comunicación por la Universidad Mesoamericana de Oaxaca. Actualmente Síndica Procuradora de Santa Cruz Xoxocotlán.