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Narcoterrorismo, Boinas Verdes, cárteles cuasigubernamentales
OAXACA, Oax. 19 de octubre de 2014.- Es verdad de que los saberes de la política son producto de los conocimientos teóricos y de la praxis, pero además de una vocación natural del sujeto. Conocimiento, praxis y vocación son los tres elementos que debe tener todo gobernante que se puede considerar con posibilidades de éxito.
El conocimiento nos debe de servir para saber de cómo el gobierno debe ser eficaz para servir a la gente, conocer de la operación de los tres poderes nacionales, de cómo funcionan los gobiernos provinciales y locales, de cuál es el sentido de la política de la población que se transmite a través de los medios de comunicación y de cómo los valores fundamentales de una nación se reflejan en las decisiones gubernamentales. El gobernante jamás debe de perder la concentración en estas cuestiones tan elementales pero a la vez fundamentales.
Todo conforma una educación política que parte del conocimiento de la naturaleza humana, sin este conocimiento, por parte del gobernante, puede ser causa de grandes decepciones y de continuos fracasos. Pero además de esto, el gobernante debe defender los valores fundamentales de la nación que fueron creados y reflexionados a través de su historia, valores que no deben ser olvidados como el pluralismo, el respeto mutuo, la tolerancia y la comprensión entre otros. El gobernante, además de ello, debe de tener una identidad muy bien definida, sin esto, no será capaz de tener el oficio de entender a los “otros”, la identidad es la plataforma para comprender, para pelear un proyecto, para fortalecer principios y para aplicar la política de la interculturalidad. La falta de una plena comprensión de la interculturalidad puede ocasionar el dolor en la política y de enfrentamientos con los diferentes.
Los gobernantes deben de entender, de acuerdo a la experiencia, que la política es la única vía para lograr cambios fundamentales, duraderos y pacíficos en bien de los seres humanos. La violencia es la más pura expresión de la antipolítica, desgraciadamente muchos gobernantes no han entendido este saber. “En mi imaginación, el doctor King y Mahatma Gandhi habían hecho más para que el mundo cambiara de verdad a través de su desobediencia civil y su no violencia de lo que jamás podrían hacer un millón de manifestantes tirando piedras”(Rodham Clinton, Hillary. Historia Viva. Edit. Planeta. México, 2003, p.53). La violencia no debe de detener el empleo del arte de la política, pues sólo ella “es capaz de hacer posible lo que parece imposible”. Por eso los compromisos de campaña no deben ser imposibles de cumplir, siempre que sean sensatas. Por eso habría que cuidar siempre que se gobierna con ideas y no con eslóganes.
Desde luego, en las campañas políticas que son la lucha por acceder al poder del Estado, hay que cuidar el más mínimo detalle, cualquier descuido puede ser fatal. Ser el centro de atención, ser el foco de atención, implica que este foco puede quemar si no se tienen los cuidados pertinentes. Sobre todo, poner el acento en los medios de comunicación, su importancia es de gran magnitud, que no se entiende hasta que se está en el poder. Gobernantes y medios son adversarios, pero también son complementarios. Para ellos, habría que desarrollar y emplear las tácticas políticas más adecuadas y tener cuidado con los matices de las cuestiones. Ante cualquier complejidad de la relación con los medios, hay que demostrar un optimismo sin límites y una determinación a toda prueba. También mantenerse firme si se tiene la razón y ceder ante cualquier conveniencia política y ante la presión de los medios.
Es importante saber que planificar en política es razonablemente bueno, sin embargo, no olvidar que tener la capacidad de improvisación y de espontaneidad son recursos en los momentos difíciles y de crisis de gobierno. Una mente ágil, pronta, enérgica y que entiende la complejidad del momento es indispensable en los procesos de gobierno: “Todo presidente debe adoptar una estrategia con celeridad cuando se producen acontecimientos dramáticos: puede aparcar todo lo demás y concentrarse públicamente en la crisis o resolver la situación mientras trata de ceñirse a su agenda oficial”(Rodham Clinton, Hillary. Op. Cit. p. 220). Pero tampoco hay que hacer muchas cosas al mismo tiempo y con demasiada aprisa.
Dos saberes a los que hay que tener mucho cuidado y tratar de evitarlos a toda costa, es la politización del sistema de justicia y la criminalización del régimen político. Estos dos males son el inicio de la descomposición de todo gobierno. Que la decisión de los jueces se politice y que se criminalice la acción del Ejecutivo es un escenario peligroso para la gobernabilidad de todo gobierno.
En estos tiempos modernos, los gobernantes son muy proclives a gobernar por encuestas, es lo se puede llamar “gobierno por opinión”, sin embargo, las encuestas sólo son medios o herramientas para para orientarse sobre la eficacia de los cursos de acción del gobierno, es un medio para escuchar a los votantes, pero habría que considerar que el pueblo no siempre sabe lo que quiere. Las buenas encuestas son a veces ciencia, a veces psicología de masas y muchas veces alquimia, con la condición de formular las preguntas adecuadas y saber leer las respuestas. Saber escuchar a la población y sopesarlas para llegar a la formulación de un buen juicio es una buena fórmula política.
En las grandes acciones de gobierno, incluso en las medianas, “la gracia está en los detalles”, no cuidar hasta el mínimo detalle, puede ocasionar que una extraordinaria acción sea considerada un verdadero fracaso gubernamental. Los detalles en política es la serie de operaciones que se vuelven una excelente actividad, asimismo, la suma de estas actividades se transforma en una eficaz función, a la suma de las buenas funciones dará, por consecuencia, una eficaz acción. Si se falla en las operaciones, que pueden ser las más insignificantes, lo más seguro es que las acciones de gobierno no se logren con la debida eficacia.
Ser demasiado pragmáticos en política no es siempre muy recomendable, es más prudente no hacer concesiones sobre los principios o los valores que se defiende, sin embargo, las estrategias y las tácticas, en el contexto de esos principios y valores, deben ser los más flexibles posible para hacer viable cualquier avance, especialmente en situaciones complicadas en las acciones de gobierno. Ser tanto principista como demasiado pragmático no es recomendable en política. Aristóteles pensaba que el punto medio era lo más recomendable.
Los saberes de la política están en la profundidad de los océanos, lugares de quietud para la verdadera reflexión y de pausas de tiempo como bocanadas de aire para la inspiración, mientras que en la superficie, el mar embravecido por la lucha por el poder se enseñorea en todo el horizonte, que incluso produce temores, miedos, que sólo los evocados por la política se atreven a sumergirse en ese mar. Sólo los saberes serán los enormes sustentos del caminar en la política, así lo entendieron y lo entienden los buenos gobernantes.