Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Elección En Las Asambleas Comunitarias
Oaxaca, Oax. 20 de mayo 2012 (Quadratín).- Veamos, ahora, la forma o modalidades con que funcionan las asambleas en Oaxaca, en lo que concierne a la elección de sus ayuntamientos, con una aclaración inicial: en la exposición utilizo, de forma general, los conceptos de comunidad tradicional, semitradicional y no tradicional del trabajo de Carlos Sorroza que he citado. Sin embargo, esos conceptos se van matizando, nutriendo o recomponiendo a través de la descripción que hago de las actividades y procedimientos que utilizan las asambleas comunitarias para la elección de sus autoridades.
La regla más aceptada es que sea en la asamblea general donde se decidan todos los detalles de la elección: personas y criterios de selección, forma de elección y procedimientos de manejo.
En forma menos generalizada, se acepta que una elección es un proceso abierto en el que interviene la comunidad, y que ésta puede hacer una reunión general previa, que permita tomar los acuerdos que preparen las postulaciones o ternas que se presentarán en la asamblea electoral.
Por eso, bastantes entrevistados aceptan que, antes de la asamblea electoral, es posible realizar alguna asamblea para empezar con la proposición o selección de personas o hasta definir las ternas que se propondrán el día de la elección.
Niegan, tajantemente, que se realicen reuniones del cabildo, de grupos sociales o políticas, o que existan personas que se quieran dar a conocer.
Lo que se rechaza o casi no existe es la reunión de camarillas o del cabildo para hacer amarres o tomar decisiones y definición de personas antes de la asamblea.
Sólo en la cuarta parte de los municipios se aceptó que se realizan reuniones de barrio, consejos de ancianos, del cabildo o de grupos sociales y políticos para definir y postular a sus candidatos.
El nombre que se le asigna a las actividades preparatorias es importante: en los municipios en donde vota la población de la cabecera y de las agencias, se acepta que pueden efectuarse reuniones para empezar a seleccionar y acordar sobre personas y ternas para los puestos principales; en los municipios más tradicionales, se habla de asambleas para establecer tales acuerdos. El concepto de reunión es más informal, y corresponde a municipios más abiertos, mientras que el de asamblea es más formal, y se utiliza en los lugares más tradicionales.
Lo habitual o generalizado es que sea la autoridad municipal la que convoque a la asamblea para realizar la elección del nuevo cabildo; en 5% de las comunidades, se acepta que sea el consejo de ancianos o político el que convoque, y en un número más reducido aún, y posiblemente en donde existen conflictos muy acentuados, se acepta al Instituto Estatal Electoral (IEE), la autoridad estatal o un grupo social específico lo haga.
Tenemos, así, que la convocatoria por parte de la autoridad municipal es aceptada por todos, tradicionales, semitradicionales y no tradicionales, mientras que la convocatoria del IEE se va ampliando a medida que se pasa de lo tradicional a lo no tradicional, lo cual es indicio de conflicto, ya que, a mayor apertura tenemos, también, mayor conflictividad.
En la mayor parte de los municipios se hace una invitación a través de aparato de sonido (que es el medio más utilizado por las autoridades para dar avisos a su población), pero también se invitación en las viviendas, en asamblea o se conoce y está establecida ya la fecha de la elección.
En todas las formas de asamblea el mensaje por aparato de sonido ocupa el primer lugar para llamar a elecciones, y el segundo es una fecha establecida y respetada por las autoridades y la población.
En la mayor parte de las comunidades (60%) se utiliza un tiempo corto para llamar a asamblea, 10 días o menos, y en una parte menor de éstas (40%), la convocatoria se hace con un tiempo largo de anticipación (11 días o más). Lo tiempos típicos son: 8 días (una semana) en 28% de las comunidades, y 15 días (2 semanas) en 31.4% de los casos.
La asamblea es el centro fundamental de la representación política comunitaria; ahí se reúne la ciudadanía en pleno, la cual delibera y decide sobre los temas y problemas importantes del presente, evalúa y orienta a las instituciones, y designa a las personas que serán responsables de la representación política de la comunidad.
A este sistema, se le ha denominado como comunalicracia, y lo encontramos en todo el territorio de Oaxaca. De los 378 municipios que cubre nuestra encuesta, el 96% respondió que el nombramiento de sus ayuntamiento se realiza en asamblea; el 4% que no lo hizo así, es probable que haya detenido su realización por disputas internas, y ésta se encuentre cancelada transitoriamente, hasta recuperar la normalidad al interior del municipio.
La hipótesis del conflicto interno, o el cambio del mecanismo o proceso de elección, puede sostenerse porque la cancelación de asamblea aumenta a medida que crece la participación ciudadana en los municipios (de lo tradicional a lo no tradicional), lo cual coincide con la información que tenemos sobre el aumento de la conflictividad en las comunidades.
El palacio, el auditorio y la plaza municipal son los 3 lugares preferidos para la realización de la asamblea. La ubicación puede tener una razón meramente funcional: según el tamaño de la población se escoge el lugar en que es más apropiado para recibir a las personas y ofrecerles mejores condiciones para elegir del ayuntamiento; pero puede también haber también razones políticas, como seleccionar los lugares más apropiados para manejar, controlar y hasta intimidar o manipular al auditorio. Sea una u otra razón la que define el lugar en que se realiza el acto electoral, parece que la colectividad tiene la suficiente fuerza o capacidad para minimizar o anular el papel del escenario, y tomar las decisiones que se consideren más convenientes para la comunidad, aunque pudiesen ir en contra de los organizadores o convocantes de la asamblea.
La mesa de debates es crucial para la conducción de la asamblea, por eso es que se deben elegir a personas que puedan conducir con pulcritud, apertura y capacidad de mando los debates y decisiones que ahí se tomarán.
En la mayoría de los casos se escoge a personas que no tengan el peso del cabildo o del presidente saliente, y lleven a cabo una conducción libre y amplia de los debates que se susciten en la reunión. El 80% de las comunidades expresaron que la mesa de debates se elige por la decisión libre y soberana de la asamblea; sólo el 20% dijo que la selección la realizaba el presidente municipal.
Esa selección no está relacionada con el tipo o nivel de apertura de la asamblea.
En el 80% tenemos igual proporción de municipios tradicionales y no tradicionales que hacen una elección interna y libre- de su mesa de debates; y en el 20% restante, encontramos igual proporción de municipios tradicionales y no tradicionales que aceptan las sugerencias del presidente saliente para dirigir la mesa de debates.
Esto nos habla de un estilo o intento- de realizar asambleas de deliberación libre, y asambleas de deliberación controlada, y que esto ocurre tanto en sus formas tradicionales y no tradicionales. Si esto es así, podríamos decir que la asamblea oaxaqueña se organiza, fundamentalmente, como un campo libre de deliberación, que funciona sin condicionamientos políticos bien establecidos, y, de manera reducida, como un campo controlado o incorporado, en el cual se intenta evitar cuestionamiento o dar continuidad a la presidencia que termina su mandato.