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Oaxaca, Oax., 9 de octubre de 2011 (Quadratín).- Hemos sostenido la tesis de que las instituciones políticas reproducen las condiciones de desigualdad, injusticia y antidemocracia en el Estado oaxaqueño y que por lo tanto, habría que cambiar estas instituciones políticas por otras que permitan el combate frontal a los indicadores sociales, económicos y políticos negativos. Es evidente también que aquellos Estados que tienen mayoría de población que tiene su origen en los pueblos indígenas son los más pobres, precisamente las instituciones políticas de dominación son los que reproducen las condiciones de desigualdad, injusticia y antidemocracia en los pueblos indios.
Al ser el estado de Oaxaca el que más tiene población indígena, debería de haber una revisión de las instituciones políticas que permiten la reproducción de la marginación, pobreza e injusticia y así arribar, de una vez por todas, hacia mejores condiciones de desarrollo para dichos pueblos. Para empezar, deberíamos de reconocer plenamente y adaptar en nuestras leyes o por lo menos complementarlas, con la declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 se septiembre del 2007, en la cual se afirma que los pueblos indígenas deben estar libres de toda discriminación y se establecen el derecho a la autodeterminación, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como el derecho a participar en la vida política, económica y social de la comunidad en la que viven, Frente a esta problemática el gobierno del Estado sólo tiene una política pública multiculturalista y de ninguna manera ,una política basada en el reconocimiento de la autonomía de los pueblos originarios oaxaqueños, ésta aseveración se demuestra a partir de las ideas y tesis que expresó el gobernador Gabino Cué el 4 de julio del 2011 ante la visita de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, la señora Navi Pillay, así el gobernador expresaba qué frente a nuestros hermanos indígenas, el gobierno del Estado reafirma su voluntad y obligación por respetar y hacer respetar las formas de organización política de las culturas indígenas, de preservar y fortalecer sus lenguas maternas, sus tradiciones espirituales, y desde luego sus derechos legítimos sobre su territorio y sus recursos naturales. Empeñamos nuestra decisión de garantizar su derecho a la alimentación, a la educación intercultural, a la salud y al ejercicio de la medicina tradicional y sobre todo a la protección y promoción de los derechos de las niñas y los niños indígenas. Esta política pública multiculturalista solamente reconoce a los indígenas en cuanto culturas y no a cuanto pueblos originarios, a partir de este dato podemos entender los alcances de la política hacia los pueblos indígenas de los aliancistas y nos parece demasiado limitada, incluso en este ámbito hay iniciativas, sobre los pueblos originarios, que el gobierno aliancista no está tomando en cuenta como es el caso de la creación del Instituto Estatal de las Lenguas Indígenas.
Para lograr la autonomía de los pueblos originarios de Oaxaca, es necesario cuestionar seriamente una institución que nos ha dañado y mantenido el proceso de dominación de las nacionalidades dominantes en México y en Oaxaca, nos referimos a la institución del municipio. Cualquiera,con un poco de sentido común, que viaje por el territorio oaxaqueño se podrá dar cuenta que los municipios en Oaxaca, en este ámbito de los pueblos originarios, es solamente la cabecera municipal y estas cabeceras también tienen su origen en el esquema de dominación de los pueblos dominantes antes de la llegada de los españoles. La inteligencia española reprodujo este esquema bajo la vigilancia de las instituciones traídas de Europa. Así, los municipios al ser solamente las cabeceras, las llamadas agencias, sean de policías o municipales, viven en una verdadera autonomía en relación a las propias cabeceras, luego entonces, este esquema de dominación no permite el desarrollo de las comunidades en toda su potencialidad. Luego entonces, deberíamos de empezar por el reconocimiento de las comunidades como las unidades fundamentales de la división política territorial del Estado oaxaqueño.
Otra institución que no responde a los intereses de los pueblos originarios de Oaxaca, es sin duda alguna, El Congreso Local, pues ésta institución reproduce las formas de dominación hacia los pueblos oaxaqueños. En su propia definición, a partir del artículo 31 de la Constitución Local, se refiere que estará integrado por diputados que serán electos cada tres años por los ciudadanos oaxaqueños, de esta manera olvida la representación de los pueblos, esto es, es un órgano que incluso viola el artículo 16 de la Constitución, pues en este artículo se reconocen a los pueblos y comunidades y en el órgano de representación, que es la Legislatura, no hay un reconocimiento de la representatividad de dichos pueblos. Al no reconocer a los pueblos originarios y las necesidades de su representación política se les seguirá sojuzgando y reproduciendo sus condiciones de desigualdad. Así también se viola el artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos donde se establece el reconocimiento de los pueblos y comunidades y no solamente un reconocimiento de la ciudadanía. Esta demanda de representación de los pueblos indígenas no es nada nuevo, pues existe en Nueva Zelanda, en la India, en Colombia y en el Ecuador por mencionar algunos Estados, la pregunta es ¿hasta cuando en Oaxaca?.