A 5 años, no dejemos solo a nadie
México, DF. 27 de octubre de 2011 (Quadratín).-¡¿Qué los legisladores tienen un problema con el alcohol!? Que si tal vez sólo sea de algunos que se quedaron en el status de burócratas reprimidos, o que tal vez sea cuestión de una bancada parlamentaria.
La verdad es que este es un asunto que ha permeado gravemente entre la sociedad mexicana. No es para justificarlos, pero sí para entender el contexto del por qué algunos representantes de las Cámaras tienen la costumbre de legislar tras haber injerido alcohol.
No es casualidad que México se convirtiera en un territorio fructífero para el cultivo y procesamiento de drogas, así como un buen mercado que muchos se disputan.
El alcohol hasta ahora, se considera como una droga legal pero que también es la puerta de entrada a muchas otras sustancias intoxicantes y dañinas en extremo.
Si más del 50% de la juventud mexicana consume cotidianamente alcohol, aún sin contar con recursos económicos propios para sustentar su gusto o su vicio, no es nada extraordinario que quienes sí tienen dinero, tiempo y dicen algunos que hasta status para sociabilizar y trabajar con la copa, lo hagan cotidianamente.
¡Claro que es un absurdo! Quienes expresan preocupación y búsqueda de reglas para inhibir el consumo de drogas, que también provoca un mercado que a la vez incide en la descomposición social, lo hagan con aliento alcohólico, como desconociendo la puerta de entrada en la ruta al consumo de drogas de alto riesgo.
Pero que nadie se espante ahora como si fuese una novedad.
Es particularmente cotidiano percibir olores etílicos en las oficinas de trabajo o los ascensores que llevan a estas, las tardes de trabajo luego del horario de comida casi en cualquier empresa o lugar de trabajo.
Es incluso hasta mal visto, que el empleado de un jefe que acostumbra acompañar sus alimentos con alcohol, no departa con ingesta líquida-etílica. Puede costarle al subordinado no sólo el aislamiento del grupo de trabajo, sino el exilio mismo.
Es así, que hay que partir no sólo de que se legisla con alcohol en la sangre, también hay quienes estudian, trabajan y conviven con su familia con pequeñas o grandes cantidades de alcohol en su cuerpo.
Mas si en la mismísima residencia oficial de Los Pinos, como documenta la periodista Anabel Hernández, se construyó en 2007 en el sótano del inmueble, un bar-lounge, no es inusual que otros también trabajen con la copa de whisky o coñac en la mano, pensando que es cuestión destatus.
Acta Divina
La diputada Enoé Uranga del Partido de la Revolución Democrática (PRD), advirtió: ha sucedido en varias de las fracciones y usualmente cuando las sesiones se prolongan durante la noche y la madrugada, al referirse a la acusación de que legisladores, justo atrás de su curul, ingerían alcohol en la sesión del martes pasado en la Cámara de diputados.
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