Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
Oaxaca, Oax. 27 de septiembre de 2009 (Quadratín).- La historia registra que los países que han aplicado una política de aumento a la carga fiscal en la etapa de recesión, terminan por agravar sus problemas económicos, por ello es de suma importancia analizar, los alcances y problemas implícitos dentro del nuevo paquete económico que el gobierno federal ha propuesto aplicar el próximo año, con el fin de cubrir la reducción de los ingresos fiscales que deja la caída de la producción y de los precios del petróleo.
Con respecto a la aplicación del 2% a la contribución para el combate a la pobreza, aun cuando en el papel se señala que con este gravamen se pretende captar 71 mil millones de pesos, incluso que 21 mil millones de estos se destinaran a las entidades federativas, no existe claridad en el manejo de la información, de cómo se canalizarán estos recursos a las comunidades marginadas, independientemente de que se haga a través de programas federales; por otra parte, si estos no se programan, para destinarse en su totalidad a los estados que presentan un mayor índice de marginación y pobreza extrema, no tiene ningún sentido su implementación caso concreto Oaxaca.
Otro aspecto que no queda claro, es cómo se concertará con los estados la canalización de los 21 mil millones de pesos que les corresponden, para combatir la pobreza, ya que al constituirse en participaciones, éstas se convierten en recursos no etiquetados.
Nos queda bien claro, que lo que el país requiere en este momento es una política generadora de mayor actividad económica y de más empleos, sobre todo si revisamos los datos del inegi, los cuales nos indican que en agosto del presente año las personas sin ocupación sumaron 2 millones 870 mil 547. El nivel mas alto desde 1996.
Lo más grave de esto es la tendencia creciente del desempleo, si se toma en cuenta que la tasa para el mes de agosto fue de 6.28%, mientras que para el mismo mes del año pasado fue de 4.2%.
Consideramos que la situación económica actual predominante es de suma fragilidad, sobre todo cuando vemos, que el desempleo va en aumento, el salario se mantiene en términos nominales igual, y el poder adquisitivo de las familias promedio está disminuyendo y se verá afectado por este nuevo impuesto, lo que puede provocar una contracción del consumo y de la actividad económica y por ende iría en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos.
En esta perspectiva, podemos concluir que el aumento al impuesto del 2% de todos los bienes y servicios acentuará el empobrecimiento de las familias, tan solo valga señalar que el inegi recientemente ha destacado que del universo total de hogares que existen en el país, la proporción vulnerable a una probable alza impositiva alcanza a casi 15 millones de hogares, esto es al 55.6 % de los hogares.
Lic. Germán Toledo Toledo
Presidente del Colegio de Economistas de Oaxaca. A .C.