Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
Complot contra Peña Nieto
MÉXICO, DF, 10 de febrero de 2015.-El periodista Ricardo Alemán escribe este martes en su columna publicada en el diario El Universal sobre el México democrático, donde opina que el gobierno no solo es víctima de sus errores; también hay manos interesadas que hacen todo para debilitarlo.
Enseguida la opinión:
En el México democrático la realidad se parece, cada vez más, a la ficción. Y en muchos casos la ficción ya se suplió a la realidad.
En el México democrático los crematorios sirven para sepultar cadáveres y los jueces liberan a La Reina del Pacífico, mientras niegan la libertad domiciliaria a una anciana como Elba Esther Gordillo.
En el México democrático un ejército de miles de “maestros” que cobran sus salarios no dan clases, mientras millones de niños de Oaxaca, Michoacán y Guerrero son condenados a la miseria, el hambre y la ignorancia. Y en ese México democrático una mafia como la CNTE somete a gobernantes como los de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, mientras los dizque maestros Vandalizan, saquean, secuestran e incendian lugares públicos.
En el México democrático el Presidente se ve obligado a nombrar a su verdugo, el que supuestamente investigará las irregularidades de sus propiedades, en medio del descrédito general.
Y en ese México, el partido de la derecha, el PAN, pacta la impunidad del ex jefe de gobierno-de izquierda-, que aparece como responsable del escandaloso fraude en la L12 del Metro.
En el México democrático comuneros de El Ocotito, en Guerrero, no sólo impiden retenes militares para contener al crimen organizado, sino que retienen al emblemático jefe Espartaco de la Policía Federal, al que canjean por dos presuntos delincuentes. En el México democrático, un estado como Tamaulipas-rico en hidrocarburos y en criminales-, es abandonado a su suerte.
En el México democrático acusar de pillo a un político es sinónimo de complot, como ocurrió con los video escándalos; igual que pasó con la denuncia de irregularidades y transas por 30 mil millones de pesos en la L-12 del Metro.
Por eso, en el México democrático pocos creen una percepción que crece insistente en busca de legitimidad. Hablamos de los indicios de que el gobierno de Peña Nieto no sólo es víctima de sus propios errores, sino que manos interesadas y grupos de poder hacen todo para debilitar al gobierno y tirar al Presidente. ¿Y cuáles son esos indicios?
1.- Más allá del conflicto de interés por las casas de Peña Nieto-y de sus colaboradores- es, clara la apuesta por el descrédito. Y el caso más cercano es el de los Murat, íntimos de Peña y víctimas de una filtración falsa e interesada. Y se exalta el conflicto de interés de Peña, pero nada se dice del desvío de 30 mil millones en el Metro.
2.- La proliferación de actos vandálicos y criminales que buscan el caos-cometidos por la CNTE, CETEG, APPO, SME y grupos clandestinos como el EPR y ERPI- son muestra contundente de que se mantiene firme la intención de desestabilizar al gobierno federal. Y el mejor ejemplo es la marcha y plantón de ayer (lunes) en la capital del país, que debió ser desalojada por la fuerza.
3.- Los persistentes golpes a Peña Nieto, -reales y/o infundados- de cierta prensa internacional y nacional vinculadas a poderes fácticos confirman que las reformas estructurales desataron los demonios que intentan tragarse al gobierno de Peña Nieto. Y aún faltan escándalos que buscan facturar al PRI.
4.- Y el descrédito perverso y sistemático a la investigación de la PGR sobre los crímenes de Iguala, que intentan mantener vivo el negocio político de Ayotzinapa.
Y si no fuera suficiente se suman la debilidad, miopía, parálisis e incapacidad del propio gobierno federal para ver la realidad y reaccionar con eficacia frente a sus enemigos. El México democrático, el mismo que parece ficción. Al tiempo.