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Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
TOBI: Doble C
Juchitán, Oax. 21 de febrero de 2015.- “Indi’ nga ni chi guinie’, ni bisiidi’ xpinne’ naa, ne ndi’ nga ni chinia’ dede dxi gate’. Rietenaladxe’ de dxi nahuiine’, rucui jñaa biida naa lu ñee’, ne gudxibe naa: que chitaná’ xti’ binni, que gusiguiee, bixhooze’, jñaa’, ne ca biche’ ganaxhie. Bisiandani, ne gudxite lu guenda nabani/ Este es mi palabra, la que me enseñó mi gente, es la que llevaré a la tumba. Recuerdo, cuando niño, mi abuela me sentaba en su regazo y me decía; no robes, no mientas, a tu padre, madre y hermanos ámalos. Lo olvidé un poco, con la vida jugué.”
Así arranca las primeras estrofas de la canción Dexigate/ Hasta que muera, del rapero Doble C, un joven juchiteco que terminó en la cárcel por un asesinato que no cometió.
Camilo, su verdadero nombre, recuerda que, ésa, su primera canción en zapoteco la escribió mientras sobrevivía en el Centro de Readaptación Social de Juchitán, cuando recién cumplió la mayoría de edad.
Entre asesinos, traficantes y ladrones, Camilo pasó tres meses de su vida hasta que se comprobó que la muerte de un músico fue responsabilidad de un amigo suyo, nicaragüense de origen y rapero.
Llorar por las noches lo tranquilizaba, el miedo se esfumaba con el silencio de la cárcel. En los primeros días, asustado, se topó con un conocido asesino, de esos pesados y sanguinarios que resguardan por medio siglo las altas murallas del reclusorio.
Lo reconoció y le dio protección a cambio de rapear, pero en zapoteco, así , entre rima y rima escribió las primeras estrofas y sobrevivió. Fue absuelto, aunque nunca recibió un “disculpe usted”.
Camilo Jhovani Regalado Santiago tiene 24 años, está libre y hace música. Nació en el Estado de México, aunque llegó a Juchitán a los 7 años. Vivió en la Cuarta Sección. Creció escuchando un lenguaje pícaro conocido entre los obreros y campesinos juchitecos como “charadas”, esto lo obligó desde niño a tener una mente muy ágil para responder a sus mayores e improvisar frases en zapoteco.
En la adolescencia, su familia se mudó a la recién creada colonia Adolfo C . Gurrión, una de las colonias populares consideradas de alta marginación y peligrosas para la policía. El monte y un incipiente paisaje gris fueron los elementos que formaron parte de su nueva vida.
“A los 14 años sentí que esto era lo mío, escribir canciones, rapear lo que veo, lo que siento. Quiero que el rap en la región sea lo mejor y yo quiero ser parte de ello. Me costó entender la vida, pero aquí estoy haciendo música y en mi lengua.”
De los 14 a los 17 años formó el grupo Evolución Rap, tiempo después Unión Rap. A los 20 años recuperó la sobriedad, de inmediato aquellas primeras estrofas de Dxigate que escribió en la cárcel las recuperó y concluyó la canción, que forma parte de la historia del rap bilingüe no sólo de Juchitán, el Istmo y Oaxaca, sino del país.
Preocupado por la lengua y la cultura, se dedica a escribir canciones en zapoteco, pero con un mensaje positivo, con conciencia, de respeto y ayuda a los jóvenes a salir de las drogas, la violencia y el pandillerismo, además de contribuir al fortalecimiento de su lengua madre.
CHUPA: Chepo
Dalthon Pineda tiene 29 años, es profesor de educación física en una escuelas de educación preescolar en la Colonia Vallejo, zona de alto rezago social en Juchitán. Poeta con dos libros individuales publicados, considerado una de las jóvenes promesas de la poesía oaxaqueña.
A primera vista y teniendo en cuenta los antecedente, Dalthon podría ser fanático de la trova, música de protesta o social, quizás, romántica, pero no, los estereotipos fallan con este joven que creció en la Séptima Sección. Es aficionado al rap y a todo el movimiento que rodea la propuesta cultural del Hip Hop; Rap (música), Graffiti (visual), Break dance (baile) y Beat boxing (vocal).
“Se tiene la errónea idea que la gente que hace y escucha rap es un delincuente, un marginal, alguien que vive fuera de la ley, nada más erróneo. Al rap se le ha criminalizado al grado de tenerlo en muchos lugares en la clandestinidad, como sucedió mucho tiempo en Juchitán y la región.”, explicó el profesor.
Dalthon Pineda es un especialista de la historia del rap, no hace rap pero lo promueve, es su pasión, al grado de presentarse en el 2012 en el foro de consulta ciudadana que promovió el entonces candidato a la presidencia municipal de Juchitán , Saúl Vicente Vásquez, exponiendo las razones para darle un espacio digno al rap , sobre todo el bilingüe, y respetarlo como movimiento artístico urbano. En ese lugar, un periodista lo escuchó y le ofreció tres programas radiofónicos para probar, hoy lleva al aire casi dos años con Raptivismo.
Raptivistmo se convirtió en el primer y único programa radiofónico en la región que promueve el rap, así como los exponentes de la región y sus propuestas en zapoteco, bilingüe, español y en inglés.
El rap no tardó mucho tiempo en llegar al Istmo después de que naciera en los 70 en los Estados Unidos. En Juchitán estuvo en la clandestinidad muchos años, porque se relacionaba con las bandas y la delincuencia, por lo que fueron constantes las redadas que la policía municipal realizó en estas reuniones donde se practicaban los cuatro elementos.
“A mí me tocó una redada en Cheguigo, estábamos en un patio rapeando, pintando y bailando, cuando llegó la policía, los vecinos habían denunciando que nos estamos drogando y no era cierto. Así en muchas ocasiones se persiguió el movimiento, por eso se mantenía en la clandestinidad”.
Para Dalthon, el rap salió del escondite gracias al rap bilingüe, cuando la sociedad vio que los chavos no eran delincuentes y a través del zapoteco narraban la vida cotidiana de manera ordenada y hasta poética, pero sobretodo acercaba la lengua a los niños y jóvenes, ayudando al rescate y preservación.
Es hasta el 2014 cuando el rap tuvo su más grande auge, gracias a los exponentes bilingües, que se presentaron en festivales culturales, artísticos y hasta políticos, la aceptación llegó hasta en las escuelas de todos los niveles. Esto llevó a Juchitán convertirse en el mayor exponente a nivel estatal en producción de rap bilingüe.
El rap bilingüe aún le falta mucho recorrer, pero ya hizo historia y con él Chepo, el profesor de kínder.