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México, DF. 08 de marzo 2011 (Quadratín).- Como instrumento fundamental para propiciar el desarrollo humano y la equidad, el Programa Oportunidades tiene desde su origen un enfoque de género que promueve la participación de las mujeres y las valora como protagonistas activas de las acciones que pueden la vida de sus familias.
Junto con la entrega de apoyos que se realiza de manera bimestral a 5.8 millones de hogares en el país, donde el 96 por ciento de las titulares son mujeres, el Programa lleva a cabo un conjunto de acciones para erradicar la desigualdad y las desventajas en que vive este sector de la población.
En el terreno educativo, las niñas y jóvenes de familias en pobreza tienen las mismas oportunidades y más incentivos para estudiar que los varones a partir de la educación secundaria y en el bachillerato, ya que las becas que reciben las mujeres estudiantes son mayores en monto a las de los varones, para evitar la discriminación de ellas en ese rubro al interior de las propias familias.
Como resultado de lo anterior, más del 50 por ciento de los estudiantes con beca de Oportunidades en secundaria son niñas, y en Educación Media Superior, las becarias son cerca del 54 por ciento.
En todo el país, hay 2 millones 565 mil mujeres, entre los cinco millones 102 mil becarios de Oportunidades.
En materia de salud, las mujeres con Oportunidades reciben intervenciones en términos de salud reproductiva, prevención de cáncer cérvico uterino y de mama, atención médica en embarazo y parto, control médico y nutricional durante la gestación y lactancia, y talleres comunitarios para el autocuidado de la salud.
Estas acciones han dado como resultado una reducción del 11 por ciento en la mortalidad materna y 2 por ciento en la mortalidad infantil. Además, durante el embarazo y la lactancia todas las mujeres reciben un suplemento que contiene el 100 por ciento de nutrientes clave, con lo que se contribuye a la nutrición de los niños menores, pero también a evitar los efectos de desnutrición y descalcificación del organismo femenino.
En las comunidades rurales destaca que un 60 por ciento más de mujeres beneficiarias de Oportunidades se realizan la prueba de Papanicolau en comparación con quienes no están en el Programa. El cáncer cérvico uterino es la primera causa de mortalidad entre las mujeres mexicanas, y entre las titulares del Programa hay una mayor conciencia respecto a que una detección oportuna eleva la posibilidad de obtener una curación completa.
Asimismo, en las áreas rurales se incrementó en 17 por ciento el uso de métodos de planificación familiar en las mujeres que se incorporaron a Oportunidades.
Por otra parte, las titulares beneficiarias participan también en la operación del Programa, pues al incorporarse a éste deben elegir entre ellas a las vocales de Educación, Salud, Nutrición y Vigilancia que integran los Comités de Promoción Comunitaria (CPCs), que son instancias de organización que contribuyen a establecer una mejor vinculación entre la población atendida y el personal de los servicios de salud, educación y de la Coordinación Nacional del Programa Oportunidades.
Los CPCs contribuyen a canalizar solicitudes y sugerencias de las familias, así como a fortalecer las acciones de contraloría social y transparencia del Programa, al tiempo que se constituyen como el tejido social y comunitario para que los beneficiarios de Oportunidades lleven a cabo acciones conjuntas a favor de la superación de su condición de pobreza extrema.
El Programa Oportunidades fortalece el poder de decisión de las mujeres, mejora su autoestima, y les da mayor voz al interior de la familia y de sus comunidades, las empodera.