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San Jun Bautista Tuxtepec, Oax., 20 de abril de 2011.- Con varios impactos de arma de fuego ingresó esta martes al hospital regional de esta ciudad el acaudalado comerciante Juan José Ortega Cabrera, quien se debate entre la vida y la muerte confirmo el licenciado Hector Joaquin Carrillo Ruíz Subprocurador Regional de Justicia de la Cuenca.
El vehículo en que fue traído del lugar donde sufriera el atentado el empresario tuxtepecano fue escoltado por varias patrullas de la policía federal preventiva destacamentada en Ciudad Alemán, así como policías preventivos de Tuxtepec, quienes acordonaron el Hospital Regional por el lado de la avenida Carranza esquina con Sebastián Ortiz.
Carrillo Ruíz, en exclusiva para este medio de comunicación, informó vía telefónica de los acontecimientos indicando que aún no se le había tomado declaración a la víctima, debido a su estado de salud, ya que en estos momentos se encontraban los doctores haciendo hasta lo imposible por salvarle la vida.
Vecinos del comerciante comentaron que José Ortega venía a bordo de su camioneta último modelo procedente de la capital del país, con destino a Tuxtepec, pero al pasar los topes que existen en la carretera federal 145 Tinajas-Ciudad Alemán, a la altura de la comunidad de las Yaguas, tramo entre la Granja y el Ingenio Tres Valles, un vehículo le marco el alto, pero este no le hizo caso e imprimió velocidad a su móvil, pero al notar que lo venían persiguiendo le hablo a su esposa y le contó lo que estaba sucediendo.
José Ortega, aceleró, pero al llegar precisamente al destacamento de la PFP sufrió el atentado que lo tiene al bordo de la muerte.
De todos es conocido que en los topes antes mencionados las bandas delictivas se aprovechan cuando los automovilistas disminuyen la velocidad, momento que aprovechan los delincuentes que mediante la violencia le arrebatan sus unidades de motor a los conductores, y esto no es novedad ya que muchos empresarios, profesionistas, ganaderos han sufrido en carne propia el robo de sus vehículos ante la mirada de propios y extraños, dicen los quejosos entre ellos varios tuxtepecanos.