
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 5 de noviembre de 2010 (Quadratín).- La Iglesia Católica anima a la comunidad indígena Triqui a mantener vivo el interés por pacificar esa zona, a pesar de aquellos que intentan fragmentarla y frenar el progreso de sus habitantes, manifestó el párroco Miguel García Ortiz.
Agregó que son los perversos quienes se han encargado de dividir a la población y han sembrado el miedo porque temen que ese gran pueblo encuentre la paz, la justicia y el progreso.
Son poderosos, aunque paradójicamente, tienen miedo, subrayó.
Al cumplirse este jueves nueve días del fallecimiento de Heriberto Pazos Ortiz, fundador del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT), los familiares y militantes asistieron a una misa en el templo de los Siete Príncipes, oficiada por los sacerdotes García Ortiz y Wilfrido Mayrén Peláez.
Durante la homilía ambos párrocos convocaron a los seguidores de la organización a rescatar la lucha social del extinto líder.
Lo que estamos viviendo en Oaxaca no debe de seguir sucediendo. Todos debemos de exigir un alto a la violencia. Un alto aquellos caínes que arrancan la vida de manera violenta creyendo que con eso matan los anhelos, manifestó Mayrén Peláez, también apoderado legal de la arquidiócesis oaxaqueña.
Antes, el párroco Miguel García Ortiz recordó la solidaridad de Pazos Ortiz cuándo fue perseguido por grupos priistas y la Procuraduría estatal lo arraigó por acompañar a los opositores a la mina de San José El Progreso, en Ocotlán de Morelos.
Al término de la misa, Mayrén Peláez roció con agua bendita la cruz de arena y cal levantada una noche antes en la sede del Partido Unidad Popular, donde se llevo a cabo el funeral de Pazos Ortiz.
Posteriormente, los seguidores del MULT acompañaron a la familia del fundador de la organización al Panteón General dónde depositaron los restos de cal, según la tradición católica.
Mientras un hombre de edad avanzada sujetaba una cruz de casi medio metro de altura, elaborada con madera de pino, que lleva escrito el epitafio Podrán matar al hombre, pero nunca sus ideales.