Somos de territorio: Nino Morales en gira con Salomón Jara
OAXACA, Oax. 27 de febrero de 2014 (Quadratín).-Para el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, el sexenio de Gabino Cué es un tiempo perdido, donde el trienio que aún le queda no podrá desterrar los añejos vicios y corrupción que heredó el PRI.
Al reunirse con un grupo de jóvenes priistas y estudiantes de varias universidades privadas, el Coordinador del albergue “Hermanos en el Camino”, dijo que en Oaxaca había un gran reto que tenía que enfrentar Gabino Cué, el terminar con la corrupción que por décadas heredó el PRI y que se “enchufó” en el resto de los partidos políticos, “pero no ha podido hacerlo y no podrá hacerlo”.
Dijo que pese a que al titular del Poder Ejecutivo le restan tres años de su sexenio, “dudo mucho que lo haga, aquí hay un sistema que es apoyado por los caciques del Partido Revolucionario Institucional que se arraigó entre la población”.
Luego de insistir que la situación actual del país demanda la creación de una nueva Constitución, el representante de la Iglesia Católica denunció que los caciques que predominan en varias regiones de la entidad no permiten el avance de Oaxaca.
Comentó que tanto el país México como Oaxaca tienen rezagos históricos enormes.
Reiteró que se requiere una nueva constitución, “se necesita una cirugía mayor, necesitamos una nueva visión, una nueva conciencia, una nueva actitud, una verdadera revolución cultural; nuestra Constitución se tiene que volver a hacer, una nueva Constitución es urgente y declarar a toda la nación como nación constituyente».
Por otra parte, señaló que la población padece una deshumanización severa que es causada por la idolatría del dinero que provoca el menosprecio a los seres humanos.
En este sentido, denunció que la Iglesia Católica también ya fue alcanzada por esa deshumanización.
Meditó que la Iglesia Católica se ha olvidado de este y otros temas y se ha dedicado más a atender los pedidos de culto como si fuera una tiendita.
“También administra la evangelización, la educación y la fe, hoy la Iglesia Católica que debiera ser la primera autoridad moral está ausente de todo y de todos”.