Halla Fiscalía de Oaxaca auto de presuntos sicarios
Oaxaca, Oax. 17 de noviembre de 2009 (Quadratín).- Lo imposible ocurrió sin plan B, sin cambio de sede, ni represiones: Ulises Ruiz rindió al pueblo de Oaxaca su mensaje con motivo del quinto año de su gobierno.
Los tiempos aquellos, -en el pasado reciente-, quedaron en la historia, y en esta nueva página, la que se escribió este lunes 16 de noviembre fue distinto.
Maestros, appistas y ulisistas convivieron en la misma plaza, el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, sin hacerse daño.
El saldo, si un vidrio roto y varias sillas voladoras, pero ningún lesionado, nadie detenido.
Una irrepetible ocasión, sin lugar a duda, por la talla de los bandos y los adversarios, irreconciliables, que sí se jalonearon, pero jamás se confrontaron.
Los intentos de aquellos que trataron de generar la violencia fallaron, quizá por la prudencia de los llamados policías de proximidad social.
Que no se intimidaron, que aguantaron y no se calentaron y mostraron temple y una nueva figura, que elevó una barrera impenetrable.
Cuando se planteó y cantó que sería la vieja sede del Poder Ejecutivo, el lugar donde el gobernante oaxaqueño montaría el escenario donde habría de rendir cuentas a su pueblo y se conoció el interés de aquellos, sus eternos opositores por sabotearlo.
Alguien calificó de ilógico que se permitiera el escenario, se habló de los riesgos que pudiera representar, al final se decidió y no hubo vuelta de hoja.
Oaxaca ha cambiado, se trasforma y da señales de que esta en movimiento, atajaba Ulises Ruiz en su discurso, ante una selecta concurrencia que entendió el mensaje.
Oaxaca es otra después del 2006, hoy pueden estar las voces discordantes a lado, podrán gritar y vituperar y serán respetadas.
Al final y tras este ambiente singular, plural y cálido, – calientito-, salió airoso, gallardo, demostrando que todavía tiene cuerda para rato.
APLAUSOS Y SUSPIRANTES
Sin lugar a duda que quien se llevó la tarde fue Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México que aunque llegó tarde a la cita, fue el primero que fue a felicitar a Ulises Ruiz tras concluir su mensaje.
El abrazo fue largo, de simpatía, dejó señal de futuro, quizá el que les depara ambos actores de cara a lo que viene el 2012.
Peña Nieto arribó al Museo de la Diversidad secundado por el senador Adolfo Toledo, uno de los aspirantes, quien avanza firme y se sabe codear con los grandes. El legislador, aspirante, tuvo la encomienda de servir de anfitrión del presidenciable.