Historia y literatura dan vida a La dulce tinta de Al-Jawater
OAXACA, Oax. 26 de enero de 2014 (Quadratín).- Alimentos, ropa, plantas, libros, discos, bolsos, accesorios, películas y hasta piezas de decoración, son algunos de los objetos más comunes que se intercambian en el “Mercadito de trueque.
A lo largo de un año, el jardín Conzatti se ha convertido en un sitio disponible a toda la comunidad interesada a recuperar el trueque que ahora se convierte en una actividad solidaria en tiempos de crisis.
Aura Montiel, quien se autodefine como “todóloga”, fue la iniciadora del Mercadito de trueque en febrero de 2013.
Madre de dos hijos pequeños, Aura es asesora en “porteo”, es decir, enseña a madres y padres a “portar” y criar adecuadamente a los bebés mediante unas piezas de tela similares al rebozo que ella misma y su hermana diseñan.
Entrevistada en una de las jardines del Conzatti, Aura, portando un sombrero y unos lentes obtenidos en un día de trueque, recuerda de dónde partió esta iniciativa.
“Un día me di cuenta que había reunido juguetes y ropa que mis hijos ya no utilizaban, junté a una grupo de mamás y empezamos a intercambiar artículos para nuestros hijos, y funcionó”.
“Al siguiente mes convoqué al público en general al trueque, checamos qué día era más factible para las personas y acordamos hacer el Mercadito el último sábado de cada mes”.
A través de una página de seguidores, Aura promueve esta iniciativa que cada vez congrega a más personas.
El mercadito se ha ido extendiendo en la oferta de productos. El propósito es “aprovechar al máximo nuestros recursos tangibles e intangibles”, se lee en la página de facebook del Mercadito de trueque.
Y, en efecto, este sábado se encontraba una persona intercambiando masajes relajantes por artículos diversos.
También participa un señor que compone bicicletas y un tatuador, menciona la organizadora del Mercadito de trueque.
“Y me acuerdo que una ocasión aquí se concretó un trueque de la impresión de una tesis por una estufa”, recuerda satisfecha de que su propuesta tenga cada vez más adeptos.
En tiempos de las reformas fiscales que han encarecido productos básicos que de por sí ya eran inalcanzables, el Mercadito de trueque constituye una opción para adquirirlos mediante el intercambio.
“Viene también cada mes una señora que vende pan amarillo. Ella hace trueque de pan por ropa para su nieto”.
El próximo Mercadito de trueque será el sábado 22 de febrero, día en que sus participantes celebrarán su primer aniversario.