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Consejo de la “caricatura”, Servil al Gobierno
MÉXICO, DF. 4 de agosto de 2014 (Quadratín).- Ya se acordó modificar la Ley de Coordinación Fiscal, incrementando el porcentaje participable de la recaudación petrolera, no al cien por ciento, sino un porcentaje un poco mayor. Esta bien, pero no es una garantía, si la recaudación no crece en términos reales. No es un asunto de porcentajes. Sigo pensando que las opciones serían, despetrolizar la recaudación participable, y/o crear un Fondo de Compensación, que se active en la medida que la recaudación no crezca y se dé una afectación a la bolsa global, dicha reserva debería considerar el cien por ciento del derecho de hidrocarburos, cosa que no sucede.
Con la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y los cambios al Régimen Fiscal de PEMEX, se determinó un porcentaje equivalente para la participación del Derecho de Hidrocarburos, que se modificó ligeramente en 2007 gracias a la iniciativa del Senador Labastida.
Además se creó por tres años, un Derecho especial, para las entidades federativas, en caso de que la producción –en volumen- fuese inferior a lo programado, cosa que se cumplió a regañadientes, pero sólo por dos años, en el tercero hubo un gol legislativo y se eliminó.
Por ello retomó la siguiente consideración que escribe hace algunos días, donde recordaba que cuando en 2008 se cambiaron las fórmulas de distribución de participaciones sin un consenso previo con las entidades federativas, no se pudo prevenir por parte de los funcionarios fiscales estatales, el escenario de riesgo que implicó ese cambio, donde hubo grandes perdedores, pero también ganadores, dada la suma cero, esto es que para que alguien gane, otro tiene que perder. Cuando se llegó a plantear el tema del comportamiento futuro de los coeficientes, porcentajes de cada entidad federativa, se les dijo que eso era secundario porque la bolsa crecería de una manera impresionante, claro en el escenario optimista, pero resultó todo lo contrario, un año después la crisis fiscal de 2009, de la cual todavía no salimos. Así entidades como Tabasco y el DF, con fortalezas diferentes, han perdido más de 10 mil millones de pesos por el cambio de fórmulas, sin ningún mecanismo de compensación, salvo la esperanza de que las cosas cambien.
Todo cambio, por importante que sea, en una situación extrema de dependencia de las transferencias no condicionadas, introduce incertidumbre y no sólo hay que tener la visión optimista y solidaría, sino prever el otro escenario. Por ejemplo las empresas de pronósticos, tienen tres : el optimista, el negativo y uno intermedio, que generalmente es el bueno.
En el discurso político se ha dicho que con el cambio al régimen fiscal de PEMEX les irá mejor a los estados, por la recaudación adicional que se generará y el cambio que se acaba de realizar en la LCF, pero si la recaudación no crece y aun con el nuevo porcentaje, la misma baja, que pasa con las de por sí limitadas finanzas de los gobiernos subnacionales y locales.
Sería conveniente que los funcionarios fiscales, revisen lo anterior, tiene la Coordinación, Grupos de Trabajo para ello. Por ejemplo la despetrolización de la RFP, eliminando la participación de los ingresos petroleros, incrementando proporcionalmente el porcentaje de la recaudación federal participable no petrolera, dejando la volatilidad y los riesgos al orden federal, que además constitucionalmente es el único que puede gravar la actividad petrolera, además de darles facultades para gravar por ejemplo la gasolina.
La otra es incrementar como lo han pedido, las más de 30 iniciativas presentadas en el Congreso, el porcentaje participable de una manera suficiente, además de regresar facultades tributarias a las entidades federativas, incluyendo la posibilidad de gravar gasolina, como estaba prevista desde 2008.