Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
-Mercado interno y descentralización
MÉXICO, DF. 5 de septiembre de 2014 (Quadratín).- Grandes expectativas se decantan del Segundo Informe de Gobierno del Presidente Peña Nieto. Era esperado, posterior al gran esfuerzo de concertación entre del Gobierno con las diferentes fuerzas políticas para la aprobación de las once reformas condensadas y apoyadas por el Congreso de la Unión, durante los dos primeros años de Gobierno.
Cambios relevantes que tendrán que instrumentarse y aterrizar en mayor crecimiento económico y por tanto en bienestar social. Cambios en temas diversos como el de la política social, no con el cambio de nombre de Oportunidades, sino en los alcances productivos del nuevo programa, Prospera; el anuncio de un fuerte programa de inversiones, destacando la construcción del nuevo aeropuerto en terrenos federales, así como la ampliación de las líneas del Metro, así como los proyectos para transportar gas natural, nuevas vialidades, todo lo cual significa generación de empleos, permanentes y -espero- bien remunerados.
Destaca el nuevo aeropuerto, para lo cual se está recurriendo a expertos mundiales en la materia y una gran inversión multianual de 120 mil millones de pesos, con mecanismos de autofinanciamiento, e importante no se requerirá de deuda pública. Se formará un megaconsorcio de constructores mexicanos, que incluirán a Pymes especializadas. El Proyecto arquitectónico estará a cargo del inglés Norman Foster, arquitecto reconocido a nivel mundial. Manuel Ángel Núñez Soto, quien fuera gobernador en el Estado de Hidalgo y coordinador hacendario de la CONAGO, estará al frente del Proyecto, lo cual es una garantía para hacer bien las cosas. Esto se traducirá en crecimiento económico.
En cuanto a los comentarios sobre el cambio de nombre de Oportunidades que no es sólo eso, diversos comentaristas amigos míos, han hecho comentarios equivocados respecto a su evolución y confunden Solidaridad con Progresa, cuando se trata de programas diferentes. Han dicho que se llamaba Solidaridad, Progresa, Oportunidades y ahora Prospera, cuando detrás está una revisión de los resultados y un replanteamiento integral del Programa. Preciso, Solidaridad se creó durante el Gobierno del Presidente Salinas, fue un exitoso programa social y se inscribió presupuestalmente en el Ramo 26; durante el Gobierno del Presidente Zedillo, por razones políticas se le cambia el nombre por el de Programa de Combate a la Pobreza y se incluye una fórmula para su reparto entre las entidades federativas. En 1998, se incorpora al Ramo 33 del PEF, como Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, con dos vertientes, una estatal y otra municipal, es el FAIS actual y forma parte del Capítulo 5º de la Ley de Coordinación Fiscal, equivale al 2.5 por ciento de la recaudación federal participable. A partir de este año se incluye en el mismo al Distrito Federal por decisión del Congreso.
Progresa fue otra cosa, ya existían dos programas muy importantes como es el caso de LICONSA y DICONSA, se crea durante el Gobierno de Zedillo, elaborando LICONSA una papilla que se distribuía en los centros de salud, incluso hay un libro sobre el tema escrito por Santiago Levy. Con Fox se transforma en Oportunidades, con un enfoque que no alcanzó la parte productiva. Sin embargo, las condiciones sociales y las necesidades han cambiado y se requería una revisión del Programa para potenciar sus alcances, de ahí el origen de Prospera, nieto de Progresa, pero sin genes heredados de Solidaridad. No es un asunto de nombre.
Todo bien, sin embargo los retos son amplios ya que la realidad no cambia rápido: fortalecimiento del mercado interno y un federalismo fiscal fortalecido a través de la descentralización de responsabilidades y recursos.