Diferencias entre un estúpido y un idiota
-Prudencia
MÉXICO, DF. 7 de julio de 2014 (Quadratín).- Es frecuente festinar desde los gobiernos, cualquier aumento en los indicadores económicos, sin mesura, omitiendo el entorno en el que se dan, sin considerar los acumulados históricos o la comparativa respecto a otros entes, sean naciones o gobiernos subnacionales, sólo festejando incrementos inmediatos.
Un ejemplo de esta confusión, que al final es como un bumerang, es el caso del crecimiento económico de 2010, después de dos años con crecimientos cercanos al dos por ciento del PIB y de la caída, sin precedente desde 1995 del PIB, de menos 6.2 por ciento en 2009. En 2010 crecimos por encima de 2009, más de cuatro puntos del PIB, que convirtió ese año, “de la recuperación”, sin reconocer que estábamos por debajo de los niveles de 2007. Se omitió que sólo estábamos en medio de “un efecto rebote”, ya que si tocaste fondo es evidente que cualquier incremento respecto al piso, sería significativo, aunque el saldo sexenal en ese 2010, era de un estancamiento acumulado y en todo el sexenio, de un crecimiento mediocre, que produjo desempleo, redujo la calidad de los pocos que se crearon e incrementó sustancialmente los ocupados en la economía informal, con todo lo que ello significa y lo que incluye está forma de desempleo formal.
La inversión extranjera directa en nuestro País, es otro ejemplo de falta de mesura en la difusión de los primeros resultados, aunque un año después se matice, neteando el ingreso extraordinario. En 2010 Heineken compra la empresa cervecera de FEMSA, con lo cual las cifras de IED crecieron significativamente, lo cual se festinó como “otro signo importante de la recuperación de la crisis”, aunque el siguiente año, regreso a su nivel inercial y entonces la Secretaría de Economía matizaba eso, eliminando los ingresos extraordinarios de la venta de la cervecera, omitiendo que un año antes festinaron el crecimiento de la misma. Lo real es que si en 2007 la IED en México era superior por mucho a la de Brasil, terminamos en 2012, con un inversión casi cinco veces menor a la recibida por ese País, rebasándonos incluso Chile en montos netos. Eso si, la inversión de mexicanos en el extranjero se ha incrementado sustancialmente, como podemos observarlo en las últimas publicaciones de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Además si recordamos el famoso estudio de los años sesenta, que hizo el Senado de los EUA, de Newfamer y Mueller, sobre la forma de ingreso de las transnacionales en México y Brasil, en el cual se demostraba que la compra de empresas, no significa más empleo, ni siquiera innovaciones tecnológicas y sí transferencia inmediata de utilidades. Ahí están las ganancias de los bancos españoles en nuestro País, que compensan los malos resultados en su País de origen.
Otro ejemplo importante son las cifras de recaudación del SAT a mayo, donde se observa un crecimiento importante de la misma, pero se acota que se están restando del año pasado los ingresos del programa de regularización. Eso es correcto, ya que de no hacerlo así, los resultados no serían tan relevantes.
Finalmente contaré lo que pasó en 1990 cuando cambiamos la fórmula de distribución de las participaciones del Fondo de Fomento Municipal (FFM), cuando se introdujo la dinámica recaudatoria de predial y agua. Mientras más al fondo estabas, más significativo era el incremento: Oaxaca creció mil por ciento en 1991, respecto al año 2000, el DF sólo 85 por ciento. Para Oaxaca fueron 10 mil millones más de recaudación, pero para el DF más de cien mil. Claro por la dinámica, Oaxaca dobló su coeficiente del FFM y el DF se quedó como había quedado en el transitorio de la Ley de Coordinación.
Lección: prudencia en el manejo ante la opinión pública.