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Periodistas del New York Times podrán utilizar IA de forma legal
México, D.F. 14 de junio de 2013 (Quadratín).- Hace unos días escribí respecto a que en las fórmulas vigentes de participaciones aun tiene un peso importante la garantía establecida respecto a la distribución del monto vigente a 2007, su peso relativo es ya superior a las dos terceras partes, debido al estancamiento de la recaudación federal participable.
Hasta 2007 se usaron las fórmulas aprobadas en 1990 por las entidades federativas y la SHCP, debido a que es un monto fijo (el de 2007) en términos nominales, que tarde o temprano se irá reduciendo, ya sea por incremento de la recaudación participable o por el efecto de la inflación sobre la misma.
Recordemos que a partir de 2008, al incremento de participaciones por encima del nivel nominal de 2007 se le aplica una fórmula diferente. De acuerdo a la misma se toma en cuenta para distribuir el Fondo General de Participaciones, la dinámica del PIB, de la recaudación de ingresos propios excluyendo el impuesto de traslado de dominio- y una inversa, cuyo resultado se pondera (multiplica) por el coeficiente de población, con lo que, como han mencionado funcionarios fiscales y en la propia CONAGO, el dato básico para distribuir las participaciones a las entidades federativas y municipios, es la población domiciliada.
De esta manera el coeficiente anual se saca no de la ponderación que puede prestarse a confusión, por ello me corrijo- sino es el promedio del resultado de la aplicación de los dos coeficientes, el vigente en 2007 y el del incremento o copete a partir de 2008.
Cuando se conoció el cambio se llegó a proponer que la garantía fuese en términos reales, no nominales, pero aun en ese caso, incluso los ganadores pretenderían un mecanismo de actualización.
Desafortunadamente la reversa es difícil, porque dada la suma cero, los estados ganadores entre comillas muchos pierden con la fórmula de educación- entre los cuales se encuentran algunos con altos niveles de pobreza, se verían afectados, por lo que cualquier cambio implicaría incrementar el porcentaje participable, en un contexto de crecimiento importante de lo recaudado.
En efecto como comentaba hace unos días, el impacto sobre la recaudación participable de la crisis de 2009, han retrasado lo inevitable para las entidades perdedoras. Con la crisis por cierto todas pierden, pero en esto los afectados por la fórmula, han perdido más.
En 2009 la recaudación tributaria estuvo por debajo de su nivel corriente de 2007, con lo que prevalecieron ese año los coeficientes de la Fórmula de 1990, pero en 2010 con el incremento de la recaudación (recordemos el punto del IVA, lo de telecomunicaciones y la mejora en la administración tributaria) la recaudación federal participable volvió a crecer y regresó el efecto negativo y los perdedores volvieron a perder, y claro los ganadores siguieron ganando, pero dado el rezago recaudatorio de los impuestos federales, la gradualidad ha sido lenta, muy lenta, con casi cuatro años de rezago en términos reales.
Respecto al dato poblacional, en 1990 los funcionarios fiscales analizaron una propuesta de Zacatecas, que proponía distribuir las participaciones función sólo en base al número de habitantes. Pero llegaron al acuerdo los funcionarios fiscales de ese tiempo, de que sería negativo al cien por ciento, y se optó porque sólo fuera el 45 % del Fondo General de Participaciones, a través de un proceso gradual y la instrumentación de dos fondos adicionales, uno de compensación y otro de contingencia.
Como señalaba hace unos días, esa fórmula fue impulsada y aprobada por una mayoría abrumadora de las entidades federativas, con la participación activa y de apoyo de Hacienda, después de la realización por lo menos de 12 reuniones nacionales en 1990, de la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales y del Grupo Técnico para la Revisión de la Fórmula.
Pues bien es la fórmula ha sobrevivido al cambio de 2008 y todavía vivirá un buen tiempo ya es adolescente- , representando más de dos terceras partes del coeficiente global anual.
Hay muchas propuestas, nuevas y menos nuevas, pero vigentes. Lo cierto es que es tiempo de los consensos para arreglar lo anterior.